El país ha reforzado sus esfuerzos en la vacunación contra el sarampión y la rubéola, priorizando la expansión de la cobertura y la accesibilidad de las vacunas. Con el respaldo de la Asociación Panameña de Pediatría y la participación activa de los equipos de enfermería, se promueve la importancia de la inmunización para prevenir enfermedades prevenibles indicó Itzel de Hewitt, líder del Programa Ampliado de Inmunización,
Hewitt anunció la implementación de puestos fijos de vacunación en diversas localidades durante el fin de semana, como parte de la estrategia para alcanzar a 293,646 niños en todo el país. Además, se continuará con el enfoque de barrido casa por casa y en instituciones educativas con preescolares, CAIPIS y guarderías, con la autorización de los padres y madres de familia.
Este enfoque busca garantizar el acceso a la vacunación, especialmente para los niños de uno a cuatro años, quienes son el principal objetivo de esta iniciativa. Hewitt destacó el respaldo de los pediatras a esta campaña, enfatizando la importancia de proteger a la población más joven contra enfermedades como el sarampión y la rubéola, que pueden tener consecuencias graves para la salud si no se controlan adecuadamente.
La jefa del PAI hizo un llamado a los padres y madres de familia para que reciban a los equipos vacunadores, señalando una alerta de la Organización Mundial de la Salud en países vecinos, así como en Estados Unidos, Canadá, Ecuador y Perú.
Hewitt desmintió la aplicación obligatoria de la vacuna contra el COVID-19 como parte de esta campaña y aseguró que las vacunas están disponibles y son transparentes para los padres durante el proceso. También afirmó que la vacuna no presenta efectos adversos significativos y tiene pocas contraindicaciones, por lo que recomendó a los padres no aplicar medicamentos o ungüentos en el área de aplicación, y solo administrar medicamentos en caso de fiebre, que ha sido poco común en los niños vacunados.