Se acabó el petro. Lanzada con bombos y platillos en 2018, la moneda virtual venezolana respaldada por el precio del crudo fue suspendida el 15 de enero y los portafolios en esta monera se convertirán en bolívares. La noticia deja indiferente a Isabela cuyos padres jubilados reciben sus pensiones en petro: «Esta cripto no sirvió para nada. Teníamos que convertirla siempre a bolívares de todas formas, y como el monto de los bonos era ridículo, no tenía sentido”.
En su teléfono, la treintañera abre la cuenta de su madre en la plataforma estatal ‘Patria’ de ayudas sociales – «como mi mama es viejita, yo lo tengo que hacer», explica- y en su pantalla muestra la suma disponible: 0,0000876 petro. «¿Lo ve? Francamente, es un chiste».
En 2018, el valor de la moneda se fijó con relación al precio del barril de petróleo en el país en ese momento, es decir, 60 dólares. Desde entonces, la tasa oficial, disponible en la página del Banco Central de Venezuela, se ha mantenido, pese a la falta de interés de los mercados.
El petro nunca ha calado a nivel internacional ni tampoco en la sociedad venezolana, a pesar de que ésta es bastante proclive al uso de criptodivisas. «El bitcoin -y otras monedas- son aquí un refugio seguro, una forma de que la gente mantenga el valor de su dinero en un entorno hiperinflacionario», explica la economista Pilar Navarro.
La inflación más elevada del mundo
La economía venezolana lleva varios años afectada por la inflación, la más alta del mundo. Hoy, la sociedad venezolana convive con dos monedas, el bolívar y el dólar, y dependiendo de la región, el real brasileño o el peso colombiano. Ricardo, veinteañero, nos cuenta sin tapujos que “ni cagando” hubiera comprado petro. Optó por otra criptomoneda: “hace unos años, una amiga que sabe de cripto me dijo que comprará 600 dólares en ethereum”.
Presentado como una criptodivisa diseñada para «avanzar en la soberanía monetaria», el petro fue lanzado por el gobierno venezolano para financiarse cuando las primeras sanciones de EE.UU. impidieron al país caribeño emitir bonos de deuda en los mercados financieros.
En 2017 y de nuevo en 2019, dos grandes oleadas de sanciones económicas y financieras, impuestas principalmente por Estados Unidos, golpearon a Venezuela y a su ya maltrecha economía. El país perdió a su mayor comprador de crudo, Estados Unidos, y ya no pudo emitir bonos del Tesoro. Venezuela estaba muy endeudada y debía pagar a sus acreedores.
Pero la emisión de 100 millones de petro no ha resuelto los males del país. “Las criptodivisas, como toda moneda, está basada en su valor de intercambio, en la confianza y en su utilidad», explica Pilar Navarro. “Y un gobierno sancionado no genera confianza, y tampoco no había interés por esta moneda, ni por parte de los venezolanos ni a nivel internacional por usar el petro.»
En esa época, sin embargo, el país vivía un boom de criptoactivos, «pero aparte del libro blanco publicado en el momento del lanzamiento, todo ha sido siempre muy opaco, nunca se supo realmente cómo funcionaba el petro», apunta Pilar Navarro. Las autoridades venezolana apostaban a que los países emergentes, los «excluidos del sistema financiero mundial” para invertir en esta nueva moneda. Pero según la economista, «en el mejor de los casos, hubo un interés político por parte de los gobiernos alineados con las ideas de Nicolás Maduro», pero ningún interés financiero.
Escándalo de corrupción
El último escándalo de corrupción que sacudió al país en marzo de 2023 dio la estocada al petro. El desvío 3.000 millones de dólares en la estatal PDVSA provocó la renuncia del ministro de Petróleo y decenas de detenciones. El escádanlo involucró también la Superintendencia de Criptomonedas, Sunacrip.
Según Transparencia Venezuela, más de 16.000 millones de dólares se han esfumado. En su momento, la autoridad encargada de las criptomonedas, Sunacrip, había habilitado medios de pago alternativos para que los compradores de crudo venezolano pudieran pagar la materia prima en criptomonedas, debido a las sanciones de EE.UU. contra el país. Todo ello sin transparencia en los mecanismos de pago ni garantías administrativas. Con el petro gestionado por un organismo público plagado de corrupción, ¿cómo esperar que se recupere la confianza en este cripto, que nunca convenció al público?
Fuente: Radio Francia Internacional.