Estados Unidos y Reino Unido atacaron de nuevo a los rebeldes hutíes de Yemen para disuadirlos de seguir golpeando buques en el mar Rojo, a lo que los insurgentes respondieron prometiendo venganza.
Londres y Washington declararon en un comunicado conjunto que atacaron «ocho objetivos hutíes en Yemen, en respuesta a los continuos ataques de los hutíes contra el tráfico internacional y comercial, así como contra buques de guerra que transitan por el mar Rojo».
Los ataques, hacia la medianoche del lunes, «se dirigieron específicamente contra un centro de almacenamiento subterráneo de los hutíes y contra emplazamientos relacionados con capacidades de vigilancia aérea y de misiles».
Además de la acción militar, Washington está tratando de ejercer presión diplomática y financiera sobre los hutíes, y la semana pasada volvió a calificarlos de entidad «terrorista» tras haber retirado esa etiqueta poco después de que el presidente Joe Biden asumiera el cargo.
«No quedarán impunes»
Desde mediados de noviembre, los hutíes han atacado lo que consideran buques ligados a intereses israelíes en el mar Rojo, en solidaridad con los palestinos de Gaza. Su campaña ha perturbado el tráfico marítimo y llevado a Estados Unidos y Reino Unido a realizar ataques de represalia. Desde entonces, los hutíes han declarado que los intereses de estas dos potencias también son objetivos legítimos.
Los rebeldes reportaron 18 ataques de Estados Unidos y Reino Unido contra su territorio en las provincias de Saná, Hodeida, Taez y Al Baida, y prometieron en un mensaje en la red X que dichas operaciones «no quedarán impunes».
Irán, la potencia que apadrina a los rebeldes hutíes, quienes controlan una parte de Yemen incluyendo la capital Saná, arremetió contra estos ataques. Según dijo desde Nueva York su canciller Hossein Amir-Abdollahian, citado por la agencia oficial iraní Irna, estas operaciones son una «amenaza a la paz y la seguridad en la región» e «intensifican el alcance de la guerra».
«Lo que Yemen necesita es paz»
Pero en Yemen, esta situación podría tener otras consecuencias, explica en RFI Diego Zorrilla, coordinador humanitario adjunto para Yemen de la ONU: «La situación en Yemen es una situación en la que en la que hay una crisis humanitaria fuerte provocada por una guerra desde hace ya nueve años. Ha habido una tregua desde abril del 2022 que ha abierto la posibilidad a unas negociaciones de paz. Ahora esta nueva escalada bélica es un elemento adicional y esperamos que no ponga en riesgo el acuerdo de paz entre los hutíes y los saudíes, que es a lo que a lo que se aspira para después dar paso a un acuerdo de paz intrayemenita. Lo que Yemen necesita es paz. Y el secretario general y el enviado del secretario general para Yemen han sido muy claros diciendo que esperaban que esta nueva escalada bélica no pusiera en riesgo las negociaciones de paz».
«Mientras tanto, lo que tenemos es una gran operación humanitaria desde hace nueve años. Y este año vamos a lanzar un llamado a la comunidad internacional por otros 2.800 o 2.300 millones de dólares, para poder seguir dando ayuda alimentaria, de emergencia, de nutrición, en agua, en salud, etc., en bienes que desafortunadamente los yemenitas todavía no están en capacidad de procurarse por sí mismos, si no es con nuestro apoyo», prosigue Zorrilla.
A esto se suma el problema de las sanciones: «Estados Unidos ha declarado a los hutíes como Specially Designated Global Terrorist group, a raíz de la confrontación bélica de ahora. Pero esas sanciones que han sido anunciadas también, el Gobierno de Estados Unidos ha anunciado que entrarán en vigor solamente el 16 de febrero. Es decir, han dado un mes para que entren en vigor, para permitir que en este mes se tomen las medidas para limitar los impactos de esas sanciones sobre la población», subraya el coordinador humanitario. Recuerda que Yemen depende en gran medida de las importaciones y que las sanciones podrían tener un impacto significativo.
«Estamos nosotros como Naciones Unidas y comunidad humanitaria, tomando medidas para minimizar el impacto que pueda tener la implementación de estas sanciones y esperemos que se pueda revertir esta decisión por el bien de la población antes de que entren en vigor el 16 de febrero», concluye Diego Zorrilla.
Fuente: Radio Francia Internacional.