Todavía resuenan y con insistencia, las reveladores declaraciones del ex embajador estadounidense John Feele, sin embargo, al parecer, existe silencio cómplice de las autoridades panameñas que no responden, recriminan, ni exigen explicaciones al ex presidente Juan Carlos Varela, figura principal de este bochinche.
Mientras la misión diplomática estadounidense no demoró en emitir un comunicado haciendo las observaciones pertinentes, el Estado panameño, a través de los organismo correspondientes no procede con la rapidez que la situación amerita y pareciera su intención de no afectar la personalidad de un mandatario cuyo gobierno fue ineficaz.
El ex- presidente Juan Carlos Varela, por su parte, se mantiene callado, sin ripostar ante las aseveraciones del ex embajador John Feele, lo que hace emerger aquella sentencia que dice: “El que calla otorga”.
Los ojos y oídos de organismos internacionales están puestos sobre Panamá porque las infidencias que relató el ex diplomático, son más graves de lo que aparentan.
Se intentó malograr la reputación de un ex presidente; se acorraló a un empresario despojándolo de sus bienes y se acusa a otro de blanqueo de capitales.
En este país se juega con la reputación de las personas, se difama, hieren honras y malversan dignidades pero no sucede nada.
La reacción de los actuales administradores del Estado han sido prácticamente nulas.
Se revelan hecho graves en torno a la injerencia de un país en los asuntos de otro y todos se mantienen callados lo que evidencia un silencio cómplice de quienes nos gobiernan.