Los panameños por naturaleza, somos un pueblo pacífico y extremadamente dicharacheros.
Aquí la violencia está concentrada en asuntos sentimentales o entre pandilleros que luchan por controlar parcelas delictivas.
En la contienda política somos confianzudos e, ingenuamente, todas las actividad tienen una marcada dosis de relajo.
En ocasiones, nuestro pueblo exasperado por problemas, se fastidia y protesta cerrando calles y las autoridades despejan obstáculos a través de estamentos encargados del orden público.
El panameño, aparentemente, es un pueblo tranquilo aunque no deja de tener problemas.
A penas se están incendiando las pasiones políticas y suenan los primeros gritos a favor o en contra de los candidatos presidenciales que con sus respectivos simpatizantes exploran simpatías de los votantes.
Somos, al parecer, tranquilos pero no maliciosos y, precisamente, uno de nuestros defectos es ser demasiados confianzudos que sucumbimos ante hechos simples que pudieron ser evitados.
En Ecuador, país cuya gente se caracteriza por su campechanía similar a los panameños, la campaña política se ensangrentó con el asesinato de uno de los ocho candidatos presidenciales.
Si bien es cierto que el lamentable incidente se produjo a distancia de nuestro país, debemos estar alertas para que aberrante asesinato no se imite y empañen los comicios que se desarrollarán en nuestro país cuya adversidad entre candidatos solo se limitan a dardos verbales.
El asesinato de un candidato presidencial en la nación suramericana, es un hecho repugnante que nos advierte estar alertas sobre cualquier incidente que podría suscitarse y teñir de sangre la campaña política panameña.
Nos caracterizamos por ser temperamental cordiales, demasiados confianzudos e ingenuos y no nos percatamos que un perverso, envenenado por dinero, podría causar un hecho fatal que nos sucumbiría en un caos político indescriptible.
Debemos estar alertas para evitar que una desgracia parecida no se convierta en detonante de violentas confrontaciones cuyas consecuencias serían impredecibles.