El Gobierno de Perú decretó un toque de queda, que comenzó a regir a las dos de la madrugada de este martes y se prolongará hasta el final de la noche, en la provincia de Lima y su vecina Callao, en respuesta al paro de transportistas que cumple una semana.
«El Consejo de Ministros ha aprobado declarar la inmovibilidad ciudadana desde las 2 de la mañana hasta las 11.59 de la noche del día martes 5 de abril, para resguardar los derechos fundamentales de todas las personas, lo cual no impedirá el abastecimiento de los servicios esenciales», dijo el presidente Pedro Castillo en una alocución, minutos antes de la medianoche.
Asimismo, decretó el estado de emergencia en Lima y Callao, «suspendiendo los derechos constitucionales relativos a la libertad y seguridad personal, la inviolabilidad del domicilio y la libertad de reunión y tránsito».
Protestas por el precio de los combustibles
La paralización de los transportistas responde al incremento de precios de los combustibles, ante lo cual el Ejecutivo peruano decidió exonerar a las gasolinas y diésel del impuesto selectivo al consumo hasta junio próximo.
El jefe de Estado justificó las medidas debido a los «hechos de violencia que algunos grupos han querido crear» con el bloqueo del libre tránsito en los accesos a las provincias de Lima y Callao, lo que ha creado «inseguridad y zozobra».