Las lluvias torrenciales que golpean el sur de Brasil elevaron nuevamente los niveles de los ríos y crearon escenas de «caos» en una región ya arrasada por inundaciones que dejan 145 muertos y centenas de miles de desalojados de sus casas.
Los habitantes de Rio Grande do Sul, un área agrícola y pecuaria se preparaban para más calamidades por las nuevas lluvias, después de dos semanas de aguaceros que provocaron el desborde de los ríos, dejando ciudades y parte de la capital regional Porto Alegre sumergidas. «Prácticamente todos los grandes ríos del estado presentan tendencia de elevación», informó la Defensa Civil de esta región.
Más de dos millones de personas han sido afectadas por el fenómeno, que expertos vinculan al cambio climático y al fenómeno de El Niño.
Según el último balance de Defensa Civil, las inundaciones dejan 145 muertos y 806 heridos.
La nueva amenaza llega mientras las operaciones de rescate continúan, cuando siguen 132 personas desaparecidas. Más de 619.000 personas debieron abandonar sus casas, incluyendo unas 80.000 están alojadas en albergues.
«La situación es crítica», indicó Antonio Vanzan, un habitante de 50 años de Sao Leopoldo, un suburbio de Porto Alegre.
«Si la lluvia no para de caer, ¿qué va a suceder? Puede aumentar el nivel del río y el agua regresará para adentro de los barrios», advirtió el trabajador metalúrgico.
El Guaíba, afluente que bordea Porto Alegre, se había reducido el sábado a su nivel más bajo desde el 3 de mayo. Pero las fuertes lluvias que caen sobre la región desde el viernes -hasta 120 mm en 24 horas en algunas zonas- abultaron el curso de agua.
Según la Universidad Federal do Rio Grande do Sul, entre lunes y martes puede alcanzar el récord de 5,5 metros.
El Guaíba había llegado a niveles históricos de 5,3 metros el 5 de mayo.
El aumento del nivel del río Taquari puso también otra vez en alerta a la pequeña ciudad de Muçum, que aún se recuperaba del paso de un devastador ciclón en septiembre cuando fue golpeada por las recientes inundaciones.
Las autoridades esperan, además, altos niveles en los ríos Caí, Gravataí, Sinos y la Laguna de los Patos, con salida al Atlántico.
«La situación se va a continuar agravando», dijo en la red social X el gobernador Eduardo Leite.
La alcaldesa de la ribereña ciudad de Pelotas, Paula Mascarenhas, hizo un «llamado urgente» a desalojar las casas en zonas de riesgo.
«Es un caos»
En el centro histórico de Porto Alegre, todavía inundado, personas caminaban el domingo sobre barreras hechas de bolsas con rocas y arena; sofás y otros enseres flotaban.
Más al norte, en Sao Leopoldo una fila de carros yacían semisumergidos en las aguas enlodadas.
Claudio Silva fue a revisar su urbanización. Su casa «se quebró», dice. Y espera que la situación de emergencia continúe varias semanas. «Vamos a pasar 30 días fuera de casa», apuntó.
Al oeste, Moises Oliveira y Diego Zimmer decidieron dormir en un camión de carga para mantenerse cerca de sus casas anegadas y protegerlas de saqueos en Eldorado do Sul.
Continúa el riesgo
Según el Instituto Nacional de Meteorología, todo el estado espera que las «lluvias intensas» continúen en las próximas horas, con más de 100 mm por día en algunas partes.
En el noreste hay «gran riesgo de grandes inundaciones y desbordamientos de ríos, y grandes deslizamientos de tierra», añadió.
La probabilidad de nuevas inundaciones es «muy alta» en casi todo Rio Grande do Sul, indicó, por su parte, el Centro Nacional de Monitoreo y Alertas de Desastres Naturales (Cemaden).
En un video publicado en X por el día de las madres en Brasil, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva envió su «solidaridad» para las afectadas por la tragedia. «Ustedes no están solas», dijo.
El gobierno anunció esta semana que desbloqueará unos 10.000 millones de dólares para la reconstrucción del estado.
Fuente: Radio Francia Internacional.