Repentinamente, como si estuviera contemplada en una agenda preparada para mortificar, se han desatado una serie de protestas que, de una forma u otra, obstaculizan el desarrollo del país.
Cierre de calles y paralización de labores estancan la producción y frena el desarrollo económico.
Las inconformidades contra los administradores del Estado se están dando con frecuencia, especialmente en regiones indígenas inconformes, carreteras defectuosas, escuelas dañadas, centros hospitalarios sin condiciones adecuadas y en sectores donde la recolección de la basura ha sido un desastre.
Las protestas se generan como consecuencia de la acumulación de hechos pero, repentinamente y al unísono, las inconformidades explotaron, cerrando calles, realizando paros y desarrollando hechos que obstaculizan el desarrollo del país y afectan especialmente a productores y empresarios que con sus inversiones movilizan el engranaje económico. La proliferación de manifestaciones de inconformidad, que se producen por diversas causas, parecen ser una acción programada y posiblemente aupada por intereses políticos y, no es de extrañar que sean aupadas por gente que tienen deseos de irrumpir en la administración del Estado a través de una banda presidencial, curul legislativa, sillón alcaldicio o representación de corregimientos.
Si los cabecillas que alientan las protestas consideran que ganan simpatías con cerrar calles y vociferar consignas contra el gobierno, la gran masa afectada es la que siente que se les está coartando la oportunidad de transitar libremente hacia el destino laboral o, aún más complicado, cuando se trata de trasladar a un enfermo grave que requiere atención urgente o cuando se impide al agro productor llegar al mercado antes que su cosecha perecedera se malogre.
El cierre de calles se ha convertido en una forma de exigir y, al parecer, el método utilizado logra su objetivo, sin embargo, aquellos que no son culpables de las falencias de los gobernantes están sufriendo las consecuencias de una serie de protestas que se han desatado en todo el país y cuyos promotores podrían estar azuzando tras bastidores para mortificar al gobierno y afectar a la nación.