Este domingo 10 de octubre se registró un récord negativo de asistencia para las elecciones parlamentarias celebradas en Irak. Apenas 9 de los 25 millones de iraquíes empadronados asistieron a las urnas para elegir los 329 puestos del órgano legislativo.
Las elecciones estaban programadas en principio para 2022, pero tuvieron que ser adelantadas tras las protestas de 2019 por los problemas de corrupción, malos servicios públicos y económicos en uno de los países más ricos del mundo en petróleo.
Con el 41% de votantes asistiendo a las urnas, la jornada de elecciones se celebró bajo estrictas medidas de seguridad; al Estado Islámico se le atribuyó la explosión de un centro de votación al norte del país, donde falleció un policía.
Debido a la poca participación ciudadana, expertos prevén que los grandes bloques tradicionales mantendrán su representación en un parlamento fragmentado, donde la ausencia de una clara mayoría obligará a negociar alianzas.