El sistema judicial de una nación es uno de los pilares de la democracia que garantizan la paz, evita se cometan ciertos hechos que alteran la convivencia entre los ciudadanos y, si no se conduce con el orden establecido, se va minando la desconfianza en un pueblo que, como el panameño, se caracteriza por su serenidad.
Estamos ante hechos que socavan la convivencia pacífica y por el comportamiento obstinado crean condiciones inadecuadas cuyas repercusiones pueden ser perjudiciales para la nación.
Las relaciones sentimentales invaden el ámbito jurídico y contradecir los conceptos legales es una falla que afecta el normal funcionamiento del sistema y, como consecuencia, crea dudas de la imparcialidad de los encargados de impartir justicia.
Una relación sentimental entre juristas debe ser admitida, y no constituirse en parte de un comportamiento obstinado en el intento de proceder caprichosamente.
Si entre dos juristas hubo amor y fracasó, no puede ser negado, por lo tanto inhabilita a quienes en butacas apartes tratan de ejercer cargos amparados en supuestos preceptos legales incorrectos.
En el sistema jurídico de máxima jerarquía están sucediendo hechos reales que no se pueden ocultar, por lo tanto, inhabilita a los involucrados para ejercer cargos como el caso de una dama que al parecer trata de esconder hechos pasados para persistir en su intento de perseguir y malograr reputaciones sociales y políticas.
Cuando comportamiento sentimental, social o político que no se ciña a preceptos legales, se convierten en detalles peligrosos que constituyen fallas en el sistema jurídico, deben ser enmendado de lo contrario estamos incurriendo en hechos que no se ajustan a la realidad.
Legalmente está comprobado que una dama con cierta jerarquía en el sistema judicial tuvo relación afectuoso con un jurista que defiende a un ciudadano perseguido político que intentan inhabilitar como candidato presidencial.
Hay un hecho que de acuerdo con las pruebas son admitidas como cierto, por lo tanto, la dama debe ser honesta en sus principios y ceñirse a la ley sintiéndose inhabilitada para seguir persiguiendo a un ciudadano cuyo ex – marido es abogado.