En los registros históricos de las comunicaciones sociales, se atribuye al periodistas Manuel de Jesús Valdés, mejor conocido con el apodo de “Nacho”, la expresión “Panamá centro del mundo corazón del Universo” que frecuentemente lanzaba a través de sus programas radiales.
Han pasado más de ochenta años de ese pregón y la República de Panamá continúa siendo el “centro del mundo corazón del universo”, pero con otras connotaciones que no son favorables a su prestigio como nación.
La otra Panamá, digna de admiración, se está resquebrando moralmente y su prestigio se deteriora con echos que nos advierten que algo podrido contamina nuestro entorno social, político y jurídico, haciendo sucumbir nuestro prestigio de nación moralmente estable.
Estamos padeciendo hechos sangrientos que horrorizan.
La paz que disfrutábamos está siendo sepultada por desgarradores hechos que nos inducen a sentir que vivimos hostigados por el hampa que alegremente se desplazan sin que las autoridades responsables logren frenar sus actividades.
Panamá se ha convertido en el “centro del mundo, corazón del universo” de una serie de hechos alarmantes que preocupan, porque de no contenerse la ola delictiva, la delincuencia se está convirtiendo en maremoto de irregularidades y llegará el momento que la única forma de vivir en paz será portando una pistola al cinto desconfiado de nuestro entorno social y urbanístico.