En su primera visita a Brasil, el ultraliberal presidente de Argentina, Javier Milei desairó al presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, con quien ha intercambiado agravios, y en cambio se abrazó con Bolsonaro, su hermano ideológico y rival de Lula. Se encontraron este fin de semana la quinta conferencia CPAC, un evento que reúne a la ultraderecha estadounidense.
Se abrazaron, vieron un partido de fútbol y hasta Jair Bolsonaro le entregó un premio simbólico a Javier Milei. Durante dos días, las figuras de la ultraderecha latinoamericana hicieron gala de su amistad en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), lanzada hace cuarenta años en Estados Unidos, que se celebró en el sur de Brasil. La conferencia reunió a miles de simpatizantes del ex jefe de Estado de extrema derecha de Brasil (2019-2022), entre ellos representantes del sector agropecuario y activistas contra el aborto.
En su primera visita a Brasil, el ultraliberal Milei desairó al presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva y prefirió reunirse con Bolsonaro y los gobernadores conservadores de los estados de Santa Catarina, Jorginho Melo, y São Paulo, Tarcisio Freitas.
Javier Milei decidió a último momento faltar a la cumbre del Mercosur y enviar a su ministra de Relaciones Exteriores, Diana Mondino, en medio de las tensiones con el vecino Brasil. Javier Milei no sólo dejó plantados a sus socios económicos del Mercosur, sino que, peor aún, prefirió acompañar al expresidente ultraderechista de Brasil, Jair Bolsonaro, a quien califica de «perseguido político».
La ausencia de Javier Milei es una forma de negar la diplomacia tradicional, según Adamo Veiga, investigador de Ciencias Políticas de la Universidad Federal Fluminense, en declaraciones a la corresponsal de RFI en Río de Janeiro, Sarah Cozzolino.
«Aquí, la identificación ideológica va más allá de los cálculos estrictamente racionales que deberían guiar las relaciones entre los Estados. Al igual que la política exterior del gobierno de Bolsonaro, que ha sido extremadamente ideológica”
En su discurso, el presidente argentino criticó el socialismo y ensalzó los méritos del liberalismo económico. En un momento de debilitamiento en Argentina, el encuentro permitió a Javier Milei desviar la atención y a Jair Bolsonaro reafirmar su peso político.
«Bolsonaro está mostrando a su propia base que sigue siendo un jugador importante, a pesar de que sigue siendo inelegible y no podrá entrar en la carrera. Está intentando sobrevivir políticamente», afirma Josué Medeiros, politólogo de la Universidad Federal de Río de Janeiro.
La próxima gran prueba para la extrema derecha brasileña serán las elecciones municipales de octubre.
Milei criticó con dureza a todos los gobiernos socialistas de la región
En su intervención en la conferencia de partidos de extrema derecha, criticó con dureza a todos los gobiernos socialistas de la región, culpables, según él, del aumento de la deuda pública y del favoritismo. Sin embargo, no mencionó por su nombre al actual presidente brasileño, Lula Da Silva. Sabe que habrá un ataque más y Brasil retirará a su embajador de Argentina. Hace unos días, Javier Milei provocó un incidente diplomático, acusando a Lula de «corrupto». Brasil exigió una disculpa, en vano. En un momento en que la tasa de inflación argentina se acerca al 300% interanual, no es el momento de enemistarse con uno de sus principales socios comerciales, opina la corresponsal de RFI en Buenos Aires, Noémie Lehouelleur.
Con esta enésima disputa, aumenta la lista de países exasperados por el presidente argentino. Ya incluye a España, Colombia, Chile y Bolivia.
Fuente: Radio Francia Internacional.