A 18 días de las elecciones legislativas anticipadas tras el gran revés sufrido por el oficialismo en los comicios europeos de domingo, el presidente francés Emmanuel Macron se lanzó de lleno en la campaña electoral.
En una conferencia de prensa, el mandatario justificó el haber convocado a las urnas.
«Asumo toda la responsabilidad de haber puesto en marcha un proceso de clarificación. En primer lugar, porque el pueblo francés nos lo pidió el domingo. Cuando el 50% de los franceses votan a los extremos, cuando se tiene una mayoría relativa en la Asamblea, no se les puede decir: ‘Seguiremos como si no hubiera pasado nada'», declaró.
“No quiero entregar las llaves del poder a la extrema derecha en 2027”, dijo. Y añadió: “El momento de dar un salto de fe es ahora”, afirmando que era necesario detener un proceso que estaba “tomando forma silenciosamente”, el del ascenso al poder de Agrupación Nacional de Marine Le Pen.
El presidente francés justificó este miércoles la necesidad de convocar a elecciones legislativas para que haya una “clarificación” de lo que quieren sus compatriotas. Macron atacó a los extremos del arco político, fustigando “el antisemitismo” de La Francia Insumisa y a Agrupación Nacional por salirse del marco republicano y su apoyo a Rusia en la guerra contra Ucrania.
También reafirmó que no dimitiría, independientemente del resultado de la votación. Añadió que no deseaba debatir con Marine Le Pen antes de las elecciones legislativas, a pesar de haberlo propuesto durante la campaña europea.
Contra “los extremos”
Macron atacó frontalmente los “dos bloques”, “dos extremos”, refiriéndose a la extrema derecha encarnada por Agrupación Nacional y ¡Reconquista! de Eric Zemmour, por un lado, y la alianza de partidos de izquierda que reúne a socialistas, comunistas, ecologistas y La Francia Insumisa (LFI, izquierda radical) en un «nuevo frente popular».
El mandatario acusó a La Francia Insumisa de “antisemitismo” y “antiparlamentarismo”, fustigando al movimiento de Jean-Luc Mélenchon por haber “creado un desorden a veces constante” y “preocupante” en la Asamblea Nacional. Al mismo tiempo, cuestionó a AN por la ambigüedad con respecto a Rusia, el deseo de “salir de la OTAN”, un discurso contradictorio sobre las pensiones y el considerar que había distintas categorías de franceses.
Sus dardos estuvieron dirigidos hacia lo que consideró alianzas “contra natura”: al presidente de Los Republicanos (conservadores) que busca un pacto con AN le endilgó “un pacto con el diablo”, y al Partido Socialista, por ignorar las diferencias fundamentales que los separan de La Francia Insumisa, como la guerra en Ucrania o en Gaza.
Macron defendió su propio espacio como un “bloque progresista, democrático, republicano” frente a los extremos, que podría reunir a socialdemócratas, así como gaullistas y ecologistas».
En cuanto a sus propuestas, anunció en particular “un gran debate sobre la laicidad” para responder las preocupaciones “existenciales” de los franceses, sobre el tema de la inmigración, y el mantenimiento de la indexación de las pensiones de jubilación a la inflación, refiriéndose al poder adquisitivo.
Las elecciones legislativas, a dos vueltas, tendrán lugar el 30 de junio y 7 de julio.
El adelanto electoral no afecta a Macron, que continuará como presidente hasta 2027, pero corre el riesgo de que durante el final de su segundo y último mandato tenga que compartir el poder con un gobierno de otro color político en una «cohabitación».