En esta época de efervescencia electoral no se puede descartar la importancia de los medios de comunicación social en la divulgación de hechos que se suscitan, y los ciudadanos conscientes, especialmente involucrados en actividades políticas, saben la importante que ejerce la prensa escrita, radial o televisiva para clavar en la mente y el corazón de la ciudadanía los mensajes de los protagonistas de la actividad electoral.
En Panamá, los medios de comunicación , ejercidos con responsabilidad, tiene gran influencia en la opinión pública.
Sirven para orientar o generar simpatías, especialmente cuando la nación siente que está en un período de indecisión política.
De acuerdo con las circunstancias políticas, económicas y sociales de nuestro país, tenemos que admitir que cada medio tiene sus inclinaciones generalmente determinadas por la jerarquía de sus propietarios, sin embargo, es muy poca y casi nula la coacción que se ejerce sobre las informaciones que se divulgan, siempre y cuando no sean irrespetuosas que lesionen la integrad de las personas aludidas.
Si los comunicadores sociales nos ceñimos a una agenda, ésta no puede ser alegremente alterada de manera impronta por cualquier persona que se considere autoritaria para interrumpir la edición escrita o la programación radial o televisa.
Ceñidos a la misión de informar los medios de comunicación social tienen su agenda preparada, que debe respetarse, por lo tanto, es inconcebible que aspirantes a cargos públicos, arropados de cierta jerarquía gubernamental, interrumpa una programación agendada para vertir opiniones tratando de ganar simpatías electorales.
Hemos observado como en los escenarios electorales a los políticos les encanta figurar y aprovechan de los beneficios que otorgan los medios de comunicación social para balbucear algunas expresiones con tintes poéticos que nadie entiende.
Se torna caluroso el escenario electoral; se empieza a valorar la importancia de los medios de comunicación, por lo tanto, es prudente advertir que cada periódico, radio o televisión tiene su libreto, sus orientaciones y objetivos hacia donde enfocar mensajes y es inconcebible que venga uno, no ligado a la faena informativa a interrumpir y cambiar el libreto diseñado.
Los periodistas tenemos la misión de informar; nos ceñimos a la orientación de la empresa para la cual trabajamos. Insólito y atrevido es interrumpir nuestra responsabilidad laboral.
Los comunicadores sociales procuramos ser respetuosos del criterio político de ciudadanos involucrados en actividades electorales.
No somos empleados domésticos de quienes no han ganado las elecciones y osadamente quieren dar órdenes.