Durante cuatro días, unos 370 millones de ciudadanos europeos votarán a sus diputados al Parlamento Europeo, con el telón de fondo de un previsible auge de las derechas nacionalistas. Se esperan grandes cambios para el bloque en los próximos años.
Estas elecciones al Parlamento Europeo probablemente sean una de las más importantes que se recuerdan por muchas razones.
La Europa del futuro
Los últimos cinco años el bloque ha vivido una pandemia, en que el papel de la Unión Europea fue crucial a la hora de comprar vacunas de forma conjunta y de aprobar un plan de recuperación histórico para ayudar a las economías a repuntar.
Tras ello, estalló la guerra en Ucrania, y con ella Bruselas aprobó el envío de armas por primera vez en la historia, además de acoger a más de un millón de refugiados ucranianos y apoyar a Ucrania para que se convirtiera en país candidato.
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Se abrirá pronto un proceso de ampliación con varios países que va a cambiar por completo la composición de la futura Unión Europea. El actual presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, cree que la ampliación debería hacerse ya en 2030, pero Europa tendrá que estar preparada.
Los cambios serán de un calibre nunca visto y en se tendrá que cambiar hasta la forma en cómo se toman las decisiones, también políticas, como la agrícola, en que Ucrania podría ser una gran receptora de fondos, pero que afectaría a Francia o a Polonia.
Son unas elecciones que van mucho más allá que el simple hecho de votar: el Parlamento que salga de estas urnas va a ser el que va a conformar la Europa del futuro.
Auge de la extrema derecha
Se habla mucho de que estas elecciones van a estar marcadas por el auge de la extrema derecha. En muchos países europeos parte como favorita, y en casi todos los países fundadores de la Unión Europea, la extrema derecha está en los primeros puestos.
Pero en realidad, ya no se trata más sobre el auge de la extrema derecha, que ya está gobernando en varios países, como en Italia, sino que se trata de su normalización, de cómo actuarán el resto de los partidos ante su presencia en el Parlamento Europeo, con una extrema derecha con más visibilidad.
Hasta ahora, casi no había cooperación, pero será clave esta vez ver si el Partido Popular Europeo mirará más hacia su derecha y decidirá trabajar más con estos grupos, lo que podría llevar a una agenda más conservadora, y cambiará la forma en cómo el Parlamento ha hecho política hasta ahora, apoyándose mucho en las relaciones entre socialistas y populares. Ya esta coalición, en muchas políticas no tendrá que darse por sentada.