Ayudan a las personas a través del Servicio Nacional de Voluntariado del MIDES
Aunque las nubes grises amenazan con dejar caer la lluvia, Josmar Galván y Obed Durango están decididos a internarse en los manglares para recoger cuantos desechos puedan. Están provistos con lo necesario: guantes, bolsas negras, agua para hidratarse y mucho entusiasmo.
Estos jóvenes de 17 años, que pertenecen al Servicio Nacional de Voluntariado del Ministerio de Desarrollo Social (MIDES), viajaron una larga distancia para sumarse a una jornada de limpieza en la comunidad de Puerto Julián, en el Espavé de Chame, provincia de Panamá Oeste.
Josmar se levantó a las 5:00 a.m. para viajar más 130 kilómetros desde su residencia, ubicada en la comunidad de San Juan, en la provincia de Colón. Mientras que Obed viajó del corregimiento de Curundú, en la ciudad de Panamá, para incorporarse a los voluntarios del MIDES, quienes regularmente intervienen parques, bibliotecas, casas hogares, escuelas, playas y otros espacios públicos.
No es la primera vez que Josmar y Obed hacen esta labor social. Estos chicos han realizado voluntariado en Centros de Atención Integral para Personas Mayores y parques. Por lo que ellos mismos explicaron, ingresaron al programa para cumplir 80 horas de trabajo social que les exige el colegio, sin pensar que quedarían vinculados a este noble programa.
La experiencia les ha generado empatía y los ha conectado con las necesidades que tienen las personas, pero sobre todo los ha confortado, porque se han convertido en parte de la solución de los tantos problemas que existen en su entorno, y que se pueden resolver si cada ciudadano dona unas horas de su tiempo.
Estos estudiantes, quienes cursan el doceavo grado en el Instituto Técnico Don Bosco, representan a los más de 10 mil voluntarios que desde julio de 2019 han desarrollado 504 acciones, beneficiando a más de 300 mil personas.
Antes de ir a los manglares, Josmar y Obed merodearon las cunetas de la comunidad de Puerto Julián, en busca de desperdicios que pudieran obstruir las corrientes de agua. Al final encontraron de todo: botellas de vidrios, botellas de plástico, retazos de tela, llantas de bicicletas, latas, cartones, pañales desechables, envases de comida y zapatos. Tras unos minutos de arduo trabajo, recolectaron más de siete bolsas de desperdicios.
“Es evidente que no somos conscientes del daño que le estamos haciendo al medio ambiente. Cuando llueve, esta basura se va directo a los ríos y playas, causando un daño ecológico con grandes repercusiones”, reflexiona Josmar, mientras se toma un breve descanso.
Aunque al final de la mañana cae una leve llovizna, los voluntarios siguen recorriendo las cunetas. Luego se dirigen hasta los manglares, donde observan maderas apiladas, fango sin vegetación y humo que avisa que se está preparando carbón para la venta.Los jóvenes se esparcen por todo el manglar buscando desperdicios y, nuevamente, encuentran de todo. Los cartuchos se amontonan, pero lo que más les llama la atención es la deforestación que, a primera vista, es notable y visible.
La escena les enseña a los jóvenes la necesidad urgente que existe de cuidar los manglares por dos motivos muy importantes: porque es el hábitat de muchas especies y porque contribuyen a mitigar los efectos del cambio climático, al ser capaces de absorber y almacenar dióxido de carbono en sus raíces.
Aunque Josmar, Obed y los demás voluntarios terminaron exhaustos, mojados y con las zapatillas y botas enlodadas, están contentos. Reconocen que en este día hubieran hecho otras cosas como: navegar en las redes sociales, practicar deportes, adelantar algún proyecto escolar o simplemente ver televisión. Pero ninguna de ellas los hubiera reconfortado tanto como lo que hicieron en este día inolvidable: limpiar el planeta.
El voluntariado es una fuerza imparable
La ministra del MIDES, María Inés Castillo, describe el voluntariado como una fuerza imparable, capaz de transformar sociedades.
Recordó que, durante la pandemia, los voluntarios prepararon y entregaron más de 6 millones de bolsas de comidas con el Plan Panamá Solidario.
“Hay muchas cosas que podemos hacer con el voluntariado como: pintar escuelas, restaurar bibliotecas y limpiar playas. Se trata de espacios públicos que todos usamos, que podemos conservarlos si nos unimos como ciudadanos”, destacó la ministra Castillo.
En tanto, el director Nacional de Voluntariado del MIDES, Daniel Gómez Nates, confirmó que durante el Gobierno del presidente Laurentino Cortizo Cohen se han instalado 19 Comités de Voluntariado Comunales en regiones como: Herrera, Los Santos, Chiriquí, Veraguas, Coclé, Colón, Guna Yala, Panamá Oeste y Panamá Centro.
El objetivo de estos Comités, explica Nates, es que los ciudadanos puedan atender y resolver en conjunto situaciones cotidianas.