La ciudadanía panameña se encuentra en una etapa decisiva en la renovación de poderes gubernamentales para enrumbar a la nación hacia senderos más productivos donde no existan tantas miserias e indolencias que avergüenzan.
En este transitar político hacia los comicios del 5 de mayo de 2023, hemos tropezado con una sarta de sandeces que confunden y desalientan a los votantes. Constantemente escuchamos el clamor de un país que debe ser reestructurado, pero, acompañado a este deseo, surgen majaderías de quienes incursionan en política para confundir, distraer y desalentar a los votantes.
Estamos en un proceso electoral donde las opiniones políticas se están definiendo, sin embargo, la situación se enturbiar ante comentarios absurdos, promesas irrealizables, opiniones majaderas que confunden y desalientan.
Las encuestas son determinantes; son el pulso de los habitantes de esta nación que desean se fortalezca el sistema financiero; se garantice una educación que nutra de sabidurías y no henchida de problemas que nublan las esperanzas de nuevas generaciones; urge forjar un sistema de salud para preserva la vida y no sea un negocio de quienes se benefician y olvidan de gran parte de este pueblo que se debilita por falta de nutrientes alimenticios.2 / 2
La ciudadanía está hastiada de oír majaderías, promesas insulsas y balbucear inicuo que desalientan. El pueblo, que siente los efectos desmoralizadores que causan escuchar sandeces, ansía llegar a las urnas para utilizar el voto como daga para, políticamente, apuñalar a los mentirosos.