El Comité organizador de París 2024 aspira a dividir por dos las emisiones de CO2 de las olimpiadas de este verano, comparado con las ediciones de Londres. Para cumplir con esta meta, se incita al público a usar al transporte colectivo, se reutilizarán las instalaciones olímpicas y se prevé utilizar energía limpia durante el evento.
La promesa ha sido reiterada por las autoridades francesas desde la candidatura de París: estos Juegos serán ejemplares en materia ecológica. Y es que las olimpiadas, que podrían traer alrededor de 700.000 visitantes, según cálculos del colectivo de científicos por el clima The Shifters, implica decenas de miles de viajes en avión y construcciones faraónicas poco compatibles con la necesidad de reducir las emisiones de CO2, principal causa del cambio climático.
Bajo esa premisa, el comité organizador de las olimpiadas de París prometió rebajar drásticamente la huella de emisiones de gases de efecto invernadero. No serán Juegos ‘carbono neutral’, como se evocó cuando la capital francesa presentó su candidatura, sino que se trata de reducir a la mitad las emisiones de CO2 comparado con los juegos de Londres. La huella de carbono total pasaría de 3 millones de toneladas de carbono a 1.5 millón.
Y para alcanzar esta meta ambiciosa, los organizadores de estos juegos han desplegado un paquete de medidas que van desde el uso de energía renovable hasta el uso de madera en las construcciones, detalla Georgina Grenon, responsable de sostenibilidad del Comité Paris 2024.
La principal medida ha sido la reutilización de infraestructuras y edificios existentes, para evitar la construcción de instalaciones deportivas que con el tiempo se convierten en elefantes blancos como ocurrió en Atenas y Rio de Janeiro. “Estamos utilizando el 95% de infraestructuras existentes o temporales, para evitar construir nuevos estadios. Hemos construido un solo estadio nuevo, el estadio acuático”, asegura Georgina Grenon.
En cuanto a la Villa Olímpica, un conjunto de 82 edificios con capacidad para recibir a 14.000 atletas y visitantes, el comité organizador indica que fue un “laboratorio” de construcciones bajas en emisiones: uso de madera para la estructura, un sistema de enfriamiento de las habitaciones con agua para evitar el aire acondicionado y muebles en materiales reciclables son algunos de los ejemplos esgrimidos. “La Villa Olímpica vivirá otra vida después de los Juegos: habrá viviendas para 6000 personas y oficinas”, apunta Georgina Grenon, entrevistada por Radio Francia Internacional.
Los atletas, privados de aire acondicionado
Mientras Catar fue cuestionado por el uso del aire acondicionado durante el Mundial de Futbol en 2022, París optó por un sistema de enfriamiento bajo en emisiones. Los departamentos de la Villa Olímpica, ubicada al norte de París contarán con un sistema de tubos en el piso en los que puede circular tanto agua fría como caliente, para regular la temperatura del aire y la concepción arquitectónica de los edificios fue pensaba para minimizar los impactos del calor. La empresa Solideo, que concibió la Villa Olímpica de Paris asegura que la temperatura en los departamentos será 6 grados inferior a la temperatura exterior. Pero este sistema no sería suficiente para refrescar el air en caso de ola de calor como las que azotaron la capital francesa en 2019 y 2022 cuando el termómetro superó los 40 grados en la sombra.
Varias delegaciones particularmente numerosas, como las de Canadá, Estados Unidos, Italia y Alemania indicaron al Washington Post que traerán sus propios sistemas portátiles de aire acondicionado.
Evitar el plástico de uso único
Además del esfuerzo por construir le menos estadios nuevos posible, París 2024 apuesta a reducir las emisiones durante el evento mismo. Se evitará el uso de grupo electrógenos y se utilizará la red eléctrica alimentada con energía renovable, promete Georgina Grenon.
En lo que se refiere a los 13 millones de comidas servidas, se repensó también los menús para aumentar la cantidad de proteínas vegetales –en lugar de la carne-, evitar la importación de alimentos y reducir la cantidad de plástico de uso único.
Aunque en un documento publicado en 2020, el comité organizador quería encaminarse hacia una “trayectoria cero desechos y cero plásticos de uso único”, la ambición actual se limita finalmente a reducir a la mitad el uso de plástico, comparado con las ediciones anteriores. “Los visitantes de los juegos no tocarán una sola plástica”, promete Georgina Grenon.
Medalla de oro del greenwashing
Esta meta de reducción del plástico de uso único despertó sin embargo las acusaciones de greenwashing o eco impostura. Primero, porque una vez más, el comité internacional olímpico eligió a Coca Cola como patrocinador oficial de los juegos. El gigante estadounidense de los refrescos sigue siendo el campeón mundial de los desechos plásticos en el mundo, según un ranking anual de la ONG Break free from Plastic o ‘liberémonos del plástico’.
Por su parte, la ONG France Nature Environnement otorgó simbólicamente a Coca cola la medalla de oro del geenwashing. La empresa prevé distribuir 18 millones de bebidas durante los Juegos, pero promete la instalación de 700 fuentes de aguas y refrescos y el uso de botellas retornables. Sin embargo, un documento interno de Coca Cola calcula que 6 millones de bebidas provendrá de botellas de plástico.
La incógnita del transporte
En su evaluación de la huella de carbono de las olimpiadas, el colectivo The Shifters que reúne a científicos franceses comprometidos para defender el clima, reconoce los esfuerzos ecológicos del comité francés de organización de los Juegos, pero considera, en un informe publicado el 21 de junio, que la meta de reducir las emisiones en la mitad, no se alcanzará.
Paul Delanoë, autor del informe y experto en emisiones de CO2 estima que las olimpiadas de verano de París emitirán un 36% menos de Co2 comparado con la edición de 2012 de Londres. Una cifra alentadora, pero que podría ser mayor.
“Efectivamente habrá una verdadera reducción de las emisiones de CO2 y los reconocemos en nuestro informe. En cambio, hay un asunto que el comité de París 2024 no ha atendido: es el tema de los viajes internacionales del público. Y a pesar de que éstos traslados representan una fracción mayoritaria de la huella de carbono de las olimpiadas, no hay ninguna medida para evitarlos”, lamentó el experto, en una rueda de prensa. A pesar de que el Comité organizador insta a los visitantes a desplazarse en transporte público, este rubro sigue siendo la principal fuente de emisiones de Co2.
Para incitar a que los eventos deportivos sean más ecológicos aún, los autores del informe idearon una solución radical: multiplicar las fanzones descentralizadas (espacios para aficionados) en otros países, para reducir el número de asistentes.
El colectivo The Shifter aboga por abrir zonas de retransmisión de las competiciones a través de pantallas, en varias ciudades del mundo, y así evitar los vuelos intercontinentales particularmente contaminantes: un trayecto de Nueva York a París emite por ejemplo casi 1 tonelada de CO2 por persona.
“Nuestra idea es crear fanzones descentralizadas con un costo de acceso de 26 euros y boletos premium. En este modelo que hemos imaginado, los aficionados gastaran menos dinero para alojarse ya que están fanzones estarán ubicadas cerca de su residencia. Y la idea es que la gente recorra en promedio 450 kilómetros, 20 veces menos que la distancia promedio que recorre la gente no europea que vendrá a Paris para las olimpiadas”, propone Paul Delanoë.
“Se venderán menos boletos en el país anfitrión, pero será compensado por los boletos de entrada a estas fanzone para equilibrar el presupuesto de las Olimpiadas”, precisa el experto.
RFI solicito al comité internacional olímpico sobre la posibilidad de rediseñar el modelo de las olimpiadas para reducir el número de pasajeros manteniendo el fervor popular alrededor de los juegos, sin obtener respuesta, hasta la fecha.
Por su lado, el Comité organizador francés indica que se instalaran cerca de 30 fanzones para retransmitir las competiciones en directo en varios puntos de la región capitalina.