El Banco Interamericano de Desarrollo, organismo internacional cuya sede está en Washington, es un organismo financiero que a través de sus aportes económicos contribuye a paliar las necesidades de países de América Latina, azotados por epidémicas miserias y entre ellos se encuentra la República de Panamá.
No podemos ignorar, ni menosprecia, que los aportes financieros del Banco Interamericano de Desarrollo contribuyen a paliar necesidades de los países para sofocar hambrunas, extirpar problemas y otras epidemias que postran, acorralan, destruyen y cercenan la calidad de vida de pueblos humillados por las necesidades básicas.
Panamá, país atajo universal entre dos importantes océanos y prácticamente clavado en el centro del continente americano, ha sido una de las naciones que a través de aportes financieros del Banco Interamericano de Desarrollo económico, logró sacar de situaciones angustiosas a poblaciones sumidas en las desesperaciones que por falta de recursos se mantenían postrados implorando auxilios para cubrir sus necesidades básicas.
El Banco Interamericano de Desarrollo, ha sido la pieza fundamental para la erradicación de bolsones de miseria y continuará siendo mientras la ponzoña de las dictaduras económicas y políticas, con su aguijón nefasto no las altere.
El gobierno, que dentro de poco, suelta las tensas riendas de la administración financiera del país, suscribirá a través de lo que denomina “Fondo de Garantía de Panamá “, un contrato de préstamo por 150 millones de dólares entre el Ministerio de Economía y Finanzas y el Banco de Interamericano de Desarrollo para apoyar “proyectos liderados por mujeres, iniciativas de comunidades indígenas y aquellas organizaciones enfocadas a la mitigación del cambio climático”.
Es comprensible la preocupación de ecologistas, o personas naturales y jurídicas por el destino que el préstamo dará a programas enfocados a la mitigación del cambio climático.
A nivel mundial, el cambio climático está universalmente azotando y afectando, y la República de Panamá no se evade de este problema, por lo tanto, esperamos que los aporte de este préstamo para mitigar los efecto invernaderos no se desvíen hacia otros objetivos que no sean el más adecuado, ni se conviertan en un mentís de la corrupción política reinante.