Hace 53 años, cuando Panamá empezó a forcejear con la nación más poderosas del mundo para perfeccionar su soberanía, nació el distrito de San Miguelito.
San Miguelito, diminutivo del nombre San Miguel, surgió como barriada de precaristas que huyendo de las calamidades del interior del país, ocuparon las tierras y fueron construyendo cuchitriles habitacionales despectivamente llamadas “casas brujas”.
Aquellas personas que ingresaron en potreros y construyeron sus “casas brujas” no se desmoralizaron por sus condiciones sociales y, gradualmente, mejoraron sus habitas y, nutriéndose de sabiduría, salieron airosos en el duro batallar por la vida.
Los primeros residentes de San Miguelito, armados de una voluntad irresistibles, fueron derrumbando trochas que obstaculizaban su avance hacia una vida más digna y derribaron la llamadas “barriadas brujas”.
Establecieron a través del Instituto de Vivienda y Urbanismo hoy, Ministerio de Ordenamiento y Desarrollo Territorial, viviendas dignas al derribar vergonzosos cuchitriles de cartones y cinc para habitar casas dignas de un ser humano.
San Miguelito, la otrora “barriada bruja” , creció impulsada por el deseo de sus ocupantes. Se robusteció como urbanización y pobló de personas que anhelando una vida digna, avanzó en progreso urbanístico y en calidad humana.
De “barriada bruja” San Miguelito se transformó en “distrito especial” y luego se le borró el especial para convertirse en un portentoso distrito de la provincia de Panamá con escuelas, centros de salud, iglesias, sitios de diversión, galerías comerciales y residencia de personas consideradas dignos patriotas que orgullecen a la nación.
Hoy el distrito de San Miguelito, es una porción territorial de la provincia de Panamá con dos caras.
Una cara digna, que inspira confianzas y ansias de prolongar la vida y disfrutar de los bienes que emanan del progreso y la otra cara triste, desgreñada, que causa pesar por el desorden reinante y donde el pandillerismo, las drogas y la maleantería afean al sector.
No es fácil para las autoridades que rigen en el distrito lidiar con un sector próspero y de gente laboriosa con la otra parte de bazofias humanas que malogran el lugar.
Pero al hacer un balance entre lo bueno y lo malo debemos reconocer que el distrito de San Miguelito se yergue ante las dificultades sociales y no sucumbe ante las adversidades.