La tormenta azota al país asiático, desde Shangái hasta otras ciudades, apenas unos días después de que una serie de inundaciones en el centro terminaran con la vida de al menos 63 personas. Las actividades y los medios de transporte de uno de los principales motores económicos chinos se tuvieron que suspender para evitar perdidas humanitarias.
El tifón In-Fa vuelve a poner en máxima alerta a la segunda economía del mundo. La región de Shangái, al igual que toda la costa este china, recibió a última hora de este domingo fuertes vientos acompañados de lluvia, por lo que se vio obligada a suspender numerosas actividades y medios de transporte.
In-fa llega en un momento delicado para el país, que todavía se recupera de las grandes inundaciones que sacudieron la provincia de Henan y que dejaron numerosos daños materiales y al menos 63 fallecidos, así como el realojamiento de casi un millón de personas.
Ahora este tifón amenaza especialmente a Shangái, la gran urbe china y motor de su economía que, por unos días, se ha visto obligada a frenar. Todos los vuelos del área metropolitana fueron suspendidos, al igual que numerosas líneas de metro, trenes de alta velocidad o parques de atracciones como Disneyland.
A su vez, todo el tráfico de buques marítimos que suelen desembarcar en esta ciudad, uno de los mayores puertos del mundo, tuvieron que desviarse o pararse al refugio del río Yangtsé.
Con EFE, AP y Reuters