El Tribunal Supremo de Brasil ha avalado casi por unanimidad permitir al Gobierno declarar la obligatoriedad de la vacunación contra el coronavirus, siempre que las personas no se vean obligadas a vacunarse contra su voluntad. Además, ha abierto la puerta a que las autoridades, tanto nacionales como estatales o locales, puedan sancionar a los ciudadanos que se nieguen a inyectarse el fármaco.
Por su parte, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha expresado su rechazo hacia el fallo del Supremo y ha anunciado que su Gobierno no tomará ninguna medida coercitiva.