El distrito de La Chorrera constituye un excelente modelo de pueblo interiorano que se despojó de su condición rural, para erguirse como portentosa región agrícola e industrial, además, sembró en huertos áridos de la patria, una notable cosecha de intelectuales que estrangularon ignorancias al nutrirse de sabidurías.
El distrito de La Chorrera era una aldea; villorio campesino por donde forzosamente había que pasar para trasladarse hacia el interior del país.
Además, parte de su límite estaba asfixiado por una cerca colonialista que abrazaba un territorio llamado Zona del Canal, pero a pesar de inconvenientes de marginación y atraso urbanístico, los residentes del lugar apartaron obstáculos, pusieron sus conocimientos al servicio de la nación, se zafaron de la miseria física e intelectuales que los tenían arrinconados y edificaron un poblado digno de ser habitado.
Hoy el distrito de La Chorrera, que en el pasado era una parcela rural con todos sus inconvenientes, es un distrito que se yergue majestuoso luciendo el honor de ser capital de la décima provincia.
La Chorrera, nombre clavado a este territorio por sus abundantes riachuelos, hoy es pujante sector económico convertido en polo de desarrollo con mescolanzas, agrícolas, industriales y comerciales y todavía se esperan más progreso cuando se observan retoños de ciudadanos prósperos que a diario se encaminan hacia centros educativos para deleitarse absorbiendo enseñanzas que emanan de las escuelas.
Que Dios, aquel que sirve a todos ignorando banderías políticas, continúe esparciendo su prosperidad sobre La Chorrera para que sirva de modelo a otros distritos, que rezagados, no se desgarran de sus menesterosas condiciones de aldeas para erguirse como ciudades donde brille el progreso y opaquen las miserablesas.