Indudablemente que en Panamá somos una gran familia, ocasionalmente divididas por razones políticos, sin embargo, mantenemos la sagrada esencia de la confraternidad, nos mezclamos en las fiestas pueblerinas y en el estratos social que nos encontremos compartimos llantos y alegrías unidos por esa confraternidad que nos caracteriza.
Las evidencias que somos una gran familia, se expresan a través de diferentes manifestaciones que pueden ser de fe o por el jolgorio que nos caracteriza.
También hay hechos que nos enlutecen y obliga postraron, llorar y rezar por aquellos con quienes no alternamos diariamente pero que, de una forma u otra, nos conocimos y compartimos anhelos comunes.
Durante esta semana la parca fue inmisericorde con los panameños. De un zarpazo nos arrebato a tres figuras que de una forma u otra contribuyeron a desarrollar la personalidad de este país.
Una vela votiva en la lucha por preservar la vida e integridad de los niños desamparados, fue Sor Lourdes Reiss, que después de una magnífica labor durante 60 años. cerró los ojos y su alma se elevó al cielo.
Por otra parte un combatiente político; perenne luchador contra las injusticias sociales también falleció. Se fue Carlos Zavala, un docente, comunicador social que con su látigo verbal fustigó las injusticias sociales y políticas.
Y no olvidemos que una dama que junto con su esposo contribuyó a fomentar obras sociales y desarrollo la libre empresa, también murió. Se trata de doña Zita Morgan de Lewis, abnegada esposa de don Samuel Lewis Galindo.
Sor Lourdes, Carlos Zavala y doña Zita Morgan de Lewis durante su vida transitaron en condiciones sociales diferentes, pero los unió ese irremediable amor por Panamá.
Musitemos oraciones en memoria de los tres y recordemos que, en la lucha por el bienestar de la nación, en el escenario que sea, nos unimos porque todos somos Panamá.