Que los niños van a perder el rumbo si ven un beso entre dos mujeres en una película, que los niños se van a convertir en lo que no son si ven una bandera.
Que se ponen fufurufos aquellos que no están seguros de lo que son y de lo que quieren. Que enarbolan el Libro y a mí me parece bien que los primates que custodian los lugares de recreación pública se fortalezcan, en su fuero interno, repitiendo como papagayos los dos versículos del Levítico que prohíben el amor homosexual, (y que, por cierto, solo prohíben el amor entre hombres, del lesbianismo no dicen ni una palabra, así que ¡jaque mate a la cancelación de Buzz Lightyear!) “No te acostarás con un hombre como si te acostaras con una mujer”. (Levítico 18:22) y “Si alguien se acuesta con un hombre como si se acostara con una mujer, se condenará a muerte a los dos”, (Levítico 20:13)
Ya he dicho otras veces que me parece bien eso de invocar lo que se escribió en un libro hace varios siglos para defender la intransigencia y la estulticia, así es más fácil para las personas normales marcar la jamba de la puerta que no debemos traspasar. Pero vamos a ver, si del Levítico hablamos, ¿por qué restringirnos a esos versículos?
En Levítico 25:23 se prohíbe la venta de tierras. “La tierra no se venderá a perpetuidad, porque la tierra mía es; pues vosotros forasteros y extranjeros sois para conmigo”. ¡Al carajo el negocio de bienes raíces!
¿Esos que se tatúan un rosario o el ecce homo? ¡Condenados según el Levítico 19:28! “No (…) grabaréis tatuajes sobre vosotros”.
Olvídense de sus fondas favoritas en la madrugada después del baile, lechona, tocino, chorizo, chicharrón, jamón, chuleta… Todos prohibidos en Levítico 11:7 “También el cerdo, porque tiene pezuñas, y es de pezuñas hendidas, pero no rumia, lo tendréis por inmundo”.
¿A usted el chisme no le gusta pero le entretiene? ¡Condenación!, no lo digo yo, lo dice el Levítico 19:16, “No andarás chismeando entre tu pueblo”. ¿Será que los SPI van a venir a ver quiénes en el parque van conversando de la hija del primo del hermano?
Que sepan que las reuniones en el parque para hacer el saludo al Sol o para celebrar los solsticios también son proselitirmo religioso y ¡anatema! ¿Cartas astrales? ¿Capricornio compatible con Leo? Nada de eso, todo está prohibidos en Levítico 19:31, “No os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis, contaminándoos con ellos”.
No se les ocurra llevar a la merienda en el parque comida de mar sin aletas y sin escamas. Ni cangrejo, ni langosta y camarones. Ni pulpo, ni arañitas de calamar. Ni cambombia. Todos prohibidos en Levítico 11:9, Levítico 11:11 y 11:12 “Todos los que en las aguas no tienen aletas ni escamas serán para vosotros detestables”. “Os serán detestables; no comeréis su carne y detestaréis sus cuerpos muertos”.
Tampoco podrán entrar en sitios públicos aquellos que hayan hecho de la máquina de afeitar su mejor amiga, no vaya a ser que los niños los vean y quieran ser como ellos, ya que cortar o recortarse la barba y el cabello, está prohibido según el Levítico 19:27 “No cortaréis los extremos de vuestro cabello, y no estropearéis la punta de vuestra barba”. Y por esta regla de tres sepan ustedes que todas las escuelas en Panamá van en contra de las leyes divinas y están condenando al anatema a sus alumnos.
¿Ir al parque a caminar con ropa a la moda? ¡Anatema!, prestad más atención a las etiquetas ya que usar diferentes mezclas de telas o de fibras en la ropa está prohibido en Levítico 19:19. “… no te pondrás vestidos con mezcla de hilos”.
Bueno, venga, ya, creo que he dejado claro mi punto, (y eso que solo me he referido al Levítico y ni he tocado el Deuteronomio…), dejen de invocar a Montalembert tan solo cuando les conviene, señores. Nadie se va a convertir en nada viendo una bandera, igual que tampoco nadie se convierte al cristianismo viendo la cruz en la fachada de la iglesia. Aunque yo el otro día vi una bandera del F.C. Barcelona y me lo estoy pensando…