Primero fue una paloma, después un gato y ahora un perro que han sido sorprendidos, por custodios del sistema penitenciario, intentando ingresar artículos prohibidos a las cárceles del país.
El animal llevaba una carta atada a su cuello donde se detallaba la venta de presuntas sustancias ilícitas, saludos entre los privados de libertad y al final de la misiva los autores solicitaban que si querían algo: “que marquen”, así lo dio a conocer el director del Sistema Penitenciario, Andrés Gutiérrez.
«Seguimos reforzando la seguridad para evitar que este tipo de anomalías se efectúen en los penales, con el uso recurrente de animales para el trasiego y venta de sustancias ilegales, por lo cual estamos tomando los correctivos pertinentes», manifestó Gutiérrez.