Cinco estudiantes de entre 33 y 62 años se preparan para recibir su diploma de premedia en diciembre. Hace solo cuatro años, Pedro Bedoya, Ruth B. Díaz, Carlos Jiménez, Marylin Miranda y Evila de Salinas no sabían leer ni escribir. Sin embargo, el programa de alfabetización “Yo, Sí Puedo” del Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) les brindó una segunda oportunidad.
A través de este programa, que desde su inicio en 2007 ha alfabetizado a 82,494 ciudadanos en Panamá, estos cinco panameños comenzaron su camino educativo en el programa de Teleeducación del MEDUCA. Tras completar la primaria y el séptimo y octavo grado, su objetivo es obtener el bachillerato y, para algunos, ingresar a la universidad.
Tres veces a la semana, la profesora Luz Castillo les imparte clases de matemáticas, español y geografía. Según Castillo, el progreso del grupo es evidente. Ahora leen y escriben con fluidez, resuelven problemas matemáticos y dictan charlas sobre diversos temas. “Su tenacidad y valor envían un mensaje claro: nunca es tarde para aprender”, afirma Castillo.
Entre los estudiantes, las historias de superación son inspiradoras. Carlos Jiménez, originario de Cerro Mosquito, lucha por ser abogado para ayudar a su comunidad. Marylin Miranda, quien trabajó desde pequeña en el campo, busca ser una inspiración para sus hijas y alcanzar la universidad. Evila de Salinas, impulsada por la necesidad de ayudar a su hija Melani con sus tareas, ha recuperado la confianza y también aspira a ingresar a la universidad.
El programa “Yo, Sí Puedo” ha sido particularmente eficaz en las regiones indígenas, como la comarca Ngäbe Buglé, donde se han alfabetizado 12,236 personas. Sin embargo, a nivel global, aún existen 765 millones de adultos analfabetos, según la UNESCO. En Panamá, el 3.7% de la población es iletrada, pero el país sigue avanzando en la erradicación del analfabetismo.
De enero a junio de 2024, el MIDES ha alfabetizado a 574 personas, y actualmente 239 estudiantes reciben clases gracias al esfuerzo de 87 maestros voluntarios. La profesora Castillo confía en que sus estudiantes se graduarán en diciembre y seguirán adelante con sus estudios. El éxito de estos cinco estudiantes es un testimonio del poder transformador de la educación y la perseverancia personal.