Después de casi ocho meses de guerra en Gaza, Hamás sigue oponiendo una feroz resistencia a las tropas israelíes. Sus capacidades militares se han visto gravemente afectadas, pero el grupo armado palestino sigue siendo capaz de disparar cohetes contra el territorio israelí. El ejército del Estado judío dice que los últimos combatientes están atrincherados en Rafah. Sobre el terreno, la realidad es muy diferente.
Después de 223 días de guerra, los combatientes de Hamás siguen presentes en toda la Franja de Gaza. En enero pasado, el ejército israelí afirmó haber desmantelado Hamás en el norte del territorio palestino. «El objetivo ahora es el centro, luego el sur del enclave», dijo el ejército. Cinco meses después, los combates vuelven a recrudecer en Jabaliya, en el norte.
«La naturaleza aborrece el vacío»
«Al retirarnos del norte, hemos dejado un vacío», analiza Kobi Michael, investigador del INSS, el Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de Israel. «Ahora debemos aprender de esto. Si abandonamos una zona de Gaza, Hamás volverá a entrar. La naturaleza aborrece el vacío. Lamentablemente, nuestra retirada ha permitido a Hamás recuperar fuerzas», subraya.
Israel, con su ejército predominantemente reservista, que afirma haber desmantelado 20 de los 24 batallones de Hamás, no tiene los medios militares para mantener una presencia continua en todo el territorio palestino. «No tenemos otra opción. El ejército israelí debe permanecer en Gaza hasta que se cumpla nuestra misión, la erradicación de Hamás como organización estructurada», explica Kobi Michael.
Hamás, «aquí para quedarse»
Después de lo cual, en palabras del investigador, las operaciones militares pueden cambiar de forma: «Una vez que Hamás sea desmantelado, el ejército podrá retirarse de Gaza y posicionarse en las fronteras internacionalmente reconocidas. Entonces, sobre la base de información de inteligencia precisa, podremos entrar en la Franja de Gaza para realizar operaciones selectivas, como las que ya estamos haciendo en Cisjordania», estima.
A pesar de sus pérdidas, Hamás logra continuar una agotadora guerrilla. Sus células de combate, independientes entre sí, hostigan constantemente a las tropas israelíes. A través de túneles, sus combatientes aparecen en cualquier lugar de la Franja de Gaza, colocan minas, disparan cohetes contra vehículos blindados israelíes e inmediatamente desaparecen bajo tierra.
El miércoles, el líder de Hamás, Ismail Haniyeh, dijo que el movimiento islamista, que tomó el poder en Gaza en 2007 y que el premier israelí Benjamin Netanyahu prometió destruir, estaba «aquí para quedarse» y que decidiría con otras facciones palestinas sobre la gobernanza en Gaza después de la guerra con Israel.
Fuente: Radio Francia Internacional.