En la práctica, es el punto de partida del nuevo Gobierno. La llamada «Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos» es el pilar para modernizar el Estado y desregular la economía. Fue presentada por el presidente Javier Milei a finales de diciembre, pero a lo largo de este mes de negociaciones con los parlamentarios, casi la mitad del paquete se ha diluido.
De los 664 artículos iniciales presentados en diciembre, 386 se han mantenido. Los 278 artículos retirados afectaban a capítulos enteros fundamentales para la economía. En total, el paquete se ha reducido un 42% respecto a su intención inicial.
«El Gobierno ha ido hacia atrás. Se ha desmantelado casi a la mitad. En términos discursivos, Milei no está dando señales de ceder, pero no hay duda del retroceso», dice a RFI la analista política Shila Vilker, directora de la consultora Trespuntozero.
«Milei no admite abiertamente la derrota, pero no hay otra lectura posible para quienes necesitaban este paquete para el objetivo de déficit cero», estima el politólogo Patricio Giusto, director de la consultora Diagnóstico Político y profesor de la Universidad Católica Argentina y de la Universidad de La Plata.
En cualquier caso, sigue teniendo un volumen importante de artículos y debería ser la primera victoria del nuevo Gobierno de Javier Milei. Al mismo tiempo, fuera del Congreso, habrá protestas de organizaciones sociales de izquierda para presionar a los diputados a votar en contra del paquete de Milei.
Paquete suavizado
Todo lo que representaba resistencia por parte de los diputados quedó fuera, incluido el capítulo económico y fiscal, imprescindible para que el nuevo Gobierno pueda cumplir su objetivo de déficit fiscal cero a finales de año (6,1%, con un déficit primario del 3% + déficit financiero del 3,1%).
Este capítulo era el más esperado por los mercados y el Fondo Monetario Internacional porque contenía la receta para el equilibrio fiscal, para la consiguiente lucha contra la inflación galopante y para un posterior plan de estabilización de la economía.
El Gobierno retiró este capítulo el pasado viernes para poder aprobar ahora el resto del paquete, sin más retrasos. El ministro de Economía, Luis Caputo, ha señalado que se volverá a presentar más adelante y que el objetivo de déficit fiscal cero no ha cambiado. Sin el capítulo económico y fiscal del paquete, habrá más recortes en el Estado y en la transferencia de fondos a las provincias, dijo el ministro.
«Milei nos asegura que el objetivo de déficit fiscal cero no es negociable, pero sin las herramientas previstas en el paquete, las opciones son diluir los salarios públicos y las pensiones, lo que es insostenible. El Gobierno tiene que presentar rápidamente el plan de dónde saldrá el dinero», subraya Giusto.
El objetivo de Milei era mostrar a los gobernadores provinciales -y a los legisladores que responden ante esos gobernadores- que sin las medidas que propone el Gobierno, el ajuste perjudicará mucho más a las cuentas provinciales. La estrategia apunta a que cedan.
Es que Javier Milei fue electo con el 55,7% de los votos en la segunda vuelta, pero sólo tiene el 15% de los diputados. Es un presidente con popularidad, pero con minoría absoluta. «La sociedad está dividida. Milei tiene cartas muy valiosas: cuenta con el apoyo de la opinión pública y se enfrenta a una oposición sin líder. El índice de aprobación de Milei es del 49%. Es el político con mejor imagen del país. Sin embargo, el paquete de leyes cuenta con el apoyo del 42% y, cuando se trata de otorgar superpoderes al presidente, el apoyo cae aún más: un 38%. En otras palabras: la popularidad de Milei es buena, pero no es incondicional y el apoyo a las iniciativas es dispar», analiza Shila Vilker.
Más concesiones
En las últimas 48 horas, el Gobierno tuvo que retirar aún más artículos del paquete de leyes si quería una votación con alguna posibilidad de aprobación. Así, retiró también el capítulo con una reforma política que cambiaba las reglas electorales, un capítulo ampliamente deseado por varios partidos y la población en general, pero resistido por el ‘kirchnerismo’, que controla 99 de los 257 diputados.
Otra concesión de Javier Milei fue renunciar a los «superpoderes». El paquete proponía delegar poderes especiales al presidente, permitiéndole gobernar sin necesidad de Congreso en 11 materias durante dos años, renovables por dos más, completando el mandato de cuatro años.
Los 11 asuntos se convirtieron en siete y la duración sería de un año, renovable por otro. El Gobierno tuvo que ceder, por ejemplo, superpoderes para decidir sobre el aumento de los impuestos a las exportaciones y sobre las fórmulas de cálculo de los aumentos de las pensiones. La oposición aún quiere que ceda en otros tres temas: tarifas públicas, energía y seguridad.
El Gobierno había aceptado retirar la petrolera YPF de la lista de 41 empresas estatales a privatizar y había aceptado privatizar parcialmente otras tres empresas estratégicas, pero la oposición quiere que renuncie a más privatizaciones.
En el capítulo de la reorganización administrativa del Estado, Javier Milei se quedó sin superpoderes para disolver empresas públicas, universidades y organismos estatales de estudio e investigación, como había anunciado durante la campaña electoral.
La petición de superpoderes no es nueva en Argentina. Antes de Milei, el Congreso había transferido superpoderes a los expresidentes Cristina Kirchner (2007-2015) y Alberto Fernández (2019-2023). Sin embargo, con el outsider Javier Milei, la resistencia política es mucho mayor. «Gobernadores, opositores y manifestantes, así como el Poder Judicial, le han puesto límites al Gobierno», observa Vilker.
¿50 horas de debate?
Para conseguir quórum en la Cámara de Diputados, el presidente amenazó con retirar todo el paquete de leyes y acusar a los legisladores de la oposición de extorsión. Como Milei ya había retirado el capítulo que más le interesaba (económico y fiscal), y como ya había demostrado su osadía, la oposición creyó su amenaza y aceptó dar quórum.
El paquete de leyes debería aprobarse en la votación general, pero habrá resistencia en las votaciones individuales de cada artículo. En otras palabras, Milei debería obtener una victoria general, pero la cuestión es si también perderá en puntos cruciales.
Va a ser una sesión larga, de las que pueden durar toda la noche. Se esperan unas 40 horas de debate. Algunos pronostican hasta 50 horas.
«Calculamos que será una sesión muy larga, de unas 50 horas, porque es un paquete largo. Tenemos que votar en general y, antes del tratamiento en particular, hacer una pausa de 10 horas. Va a ser una jornada compleja, la más compleja que hayamos vivido», pronosticó el diputado Cristian Ritondo, líder de la bancada del PRO, el partido del ex presidente Mauricio Macri, aliado de Milei.
Es probable que si la votación general se realiza cerca de la medianoche, en lugar de extenderse hasta la mañana del día siguiente, los diputados se tomen un receso para descansar, dejando la votación en particular para el jueves. Algunos no descartan que la sesión se prolongue hasta el viernes. Esto no tendría precedentes.
Los artículos se aprueban por mayoría de 129 diputados. Según los cálculos del Gobierno, el paquete cuenta con 136 votos a favor, otros 4 posiblemente a favor y 9 en duda. Los que están totalmente en contra son el bloque de izquierda y el llamado «kirchnerismo». Suman 108 votos en contra de todo lo que venga de Milei.
Con estas cifras, el oficialismo «cantará victoria» porque logró mucho con sólo el 15% de los diputados, pero la oposición lo definirá como una derrota del Gobierno, que tuvo que ceder en sus principales puntos.