Es vergonzoso que el sistema judicial de la República de Panamá, sea considerado como un antro donde se realizan nefastas componendas para perseguir y hostigar a los adversarios políticos del gobierno.
La supuesta filtración de documentos confirman las ilegalidades sobre distorsiones jurídicas que se realizan en la Corte Suprema de Justicia y la poca confiabilidad del personal que no guardaron la compostura que se requiere y cometen graves indiscreciones.
Los hechos revelados indican que las autoridades judiciales no mantiene el personal leal que requiere tan importante organismo y más grave es saber que se está armando un fallo para truncar aspiraciones de un candidato presidencial que el pueblo clama para enderezar a esta maltrecha nación donde el sistema jurídico, en vez de mantenerse imparcial, se ha convertido en un ente de vergonzosa persecución política.
El despliegue de informaciones sobre violaciones al debido proceso en el caso New Business trascendió los límites territoriales y caló preocupante en organismos internacionales.
La filtración de informaciones confirmando la injerencia de la presidenta de la Corte Suprema en la confección de un borrador es grave; desenmascara y revela como se manipula la ley y arman persecuciones políticas, en flagrante violan de los instrumentos jurídicos.
Consideramos que si se filtran borradores de ilegalidades cometidas por las principales autoridades de la Corte Suprema de Justicia, este hecho no debe quedar como un simple escándalo noticioso.
Sus repercusiones son graves, porque se trata de la existencia de infidentes dentro en la máxima autoridad judicial que saben como y hasta son partícipes de las irregularidades que realizan para truncar aspiraciones políticas.
El hecho constituye un ladrillo más que se agrega al andamiaje de desprestigio que sobre el sistema jurídico panameño prevalece en el ámbito internacional y que constituye uno de los graves problemas que los empresarios ven con terror y que, en vez de atraerlos, los ahuyenta.