Terminadas las celebraciones de fin de año, el país empieza a desperezarse de la rumba que nos afiebró durante el mes de diciembre para iniciar las actividades propias del verano donde el jolgorio no se rinde y se esparce por toda la nación.
Al inicio de este año la región de Azuero ardió de alegría con despliegues de reinas y sus tradicionales culecos.
Tablas ya está preparada para el desfile delas Mil Polleras; en Antón celebrarán las fiestas del Santo Cristo de Esquipulas; en Ocú las de San Sebastián y Boquete destallará con la refulgente Feria de las Flores y del Café.
Es extenso el rosario de actividades festivas que se desarrollarán en todo el país, confirman que el panameño es despreocupado, dicharachero y parrandero por excelencia.
Pero ante todo este centelleó de actividades festivas, viene un acontecimiento determinante para la vida política de la nación.
Viene el festín electoral que será el 5 de mayo de cuando diferentes tendencias políticas forcejean por la conquista del poder gubernamental que administrarán durante cinco años.
La época, aunque parece festiva, es tenebrosa porque hierven malicias de que intentan utilizar el sistema judicial para truncar aspiraciones políticas.
Vibra en el ambiente, las ansias de candidatos que deseando triunfar en las elecciones se desesperan intentando generar simpatías.
En la cartelera electoral aparecen aspirantes a cargos públicos con proyectos tendientes a enderezar la maltrecha administración estatal, sin embargo, nos corresponderá a los votantes ser prudentes porque como bien dice el refrán vernacular: “caras vemos más no los corazones”.
Arranca el año con fiestas pero también repican las campanas anunciando el inicio de una trifulca electoral que será decisiva para la nación.
Iniciamos el año 2024 con una larga y nutrida cartelera de actividades festivas, pero evitemos distraernos y no descuidemos el entorno político porque persisten las malicias que se intentará tergiversar el deseo generalizado de la población utilizando el sistema judicial como cimitarra para degollar candidaturas políticas.