Mientras el pueblo, que presionó hasta lograr su objetivo, impidió un ultraje indignó que intentaron perpetrar los administradores del Estado, el candidato presidencial del partido gobernante hizo declaraciones preñadas de cursilerías. Sus imprudencias, rociadas de aparente ingenuidad, parecen retazos ignorantes de un país moralmente herido.
Mientras la paz del país estuvo aguijoneada por mortificaciones causadas como consecuencia del contrato minero, resulta que el “conspicuo” candidato presidencial del partido gobernante hizo declaraciones que en vez de contribuir al sosiego, son consideradas como ridículas que pudieron incrementar el encono de aquellos que estuvieron en las calles forcejeando contra un Estado ineficaz.
Es lamentable que mientras a manifestantes temerosamente acorralaban a la Corte Suprema de Justicia para evitar fallo adverso a la voluntad popular, el candidato presidencial del Partido Revolucionario Democrático (PRD) se reúne con simpatizantes en Antón para culpar a la “oligarquía” e “izquierda” de los reproches contra el gobierno donde él ocupa la segunda butaca en jerarquía.
Con declaraciones de un vanidoso y que no compaginan con hechos que mortifican al país, el candidato presidencial del partido cuyo remoquete de “revolucionario” se desinfló, 2 / 3alega que “oligarcas” e “izquierdistas” los están castigando cuando él constituye parte del problema que se creó.
Además asegura, con aires de pomposa sabiduría, que el ataque no obedece a un contrato minero e intenta revestirse de líder invocando al general Omar Torrijos aquel que perpetuó la expresión “ni con la izquierda, ni con la derecha, con Panamá”.
Al parecer el “conspicuo” candidato presidencial del Partido Revolucionario Democrático no se percata que la repulsa al contrato minero, que colocó al pueblo en las calles, hizo tambalear al país y solo faltó una chispa para encender una conflagración social incontrolable.
Estamos sufriendo las consecuencias de una administración ineficaz en cuyo desastre participó un vicepresidente que no oye el clamor popular y no vió las calles repletas de manifestantes que desean se valla y nos deje tranquilos.
El candidato presidencial del partido gobernante, rebosante de juventud y sin necesidades financieras, no se percata que la presión popular obligó a las autoridades desistir del perverso intento de negociar un acuerdo minero.
Pero la inconstitucionalidad del acuerdo no es suficiente para garantizar la paz.3 / 3 El pueblo se prepara para con la daga del voto, apuñalar el 5 de mayo de 2024, a los que deshonraron la dignidad de la patria.