Durante semanas, los sondeos predijeron una reñida carrera entre tres candidatos, pero en los últimos días de campaña detectaron un avance inesperado de la extrema derecha, que quedó entre los favoritos.
Europa sigue de cerca estas elecciones anticipadas, ya que Rutte desempeñó un destacado papel en cuestiones que van desde el rescate de la zona euro – en la que su posición austera le ponía a menudo en desacuerdo con los países del sur de Europa – hasta la guerra en Ucrania.
Dilan Yesilgoz, del partido de centro derecha del primer ministro saliente Mark Rutte, podría convertirse en la primera mujer jefa del gobierno. “Su balance juega a su favor. Su partido tiene un balance económico muy bueno. Bajo la dirección de Mark Rutte, su antecesor, dirigió el país durante 13 años, un récord, reactivó la economía, el endeudamiento está limitado, no hay déficit presupuestario y la tasa de desempleo está muy baja. Holanda tiene excelentes indicadores económicos, algo que siempre ayuda el gobierno. Y en un país que es muy sensible a la disciplina presupuestaria, puede presentar estas garantías de un éxito económico”, observa Christophe de Voogd, profesor en el Instituto de Ciencias Políticas de París y especialista de Países Bajos.
Yesilgoz, de origen turco, “tiene la ventaja de ser muy carismática. Y es de origen extranjero, lo que la hace más creíble a la hora de proponer una política más estricta contra la inmigración. Por otra parte, quiere impulsar una política más decidida contra la gran criminalidad que es un flagelo en Holanda. Tiene credibilidad en esta área porque fue ministra de justicia”, subraya De Voogd, entrevistado por RFI.
Frans Timmermans, ex comisario europeo, que dirige una alianza de verdes-laboristas, recuperó apoyos justo antes de la votación, según las encuestas. Se le ve como a un hombre de confianza, dotado de sólidas referencias en cuestiones de medioambiente, después de haber defendido el Pacto Verde de la Unión Europea (UE). De acuerdo con los analistas, los electores de izquierda se unen igualmente a Timmermans para impedir una coalición de derecha, tras un avance del partido de extrema derecha Partido por la Libertad (PVV) de Geert Wilders.
Wilders, por su parte, ha estado buscando recientemente pulir su imagen, suavizando algunas de sus posiciones más sensibles. En especial, afirmó que hay «problemas más graves» que reducir el número de demandantes de asilo y que podría dejar de lado algunas de sus posiciones antislam.
Un nuevo partido, el Nuevo Contrato Social (NSC), del político iconoclasta Pieter Omtzigt, está en ligero declive después de haber logrado un rápido avance en los sondeos tras su lanzamiento en agosto.
Omtzigt, un políglota de 49 años, promete hacer digna de confianza a la política neerlandesa de nuevo tras numerosos escándalos. Igualmente, tiene una posición dura sobre la inmigración. El popular diputado declaró con regularidad que no deseaba convertirse en primer ministro, lo que suscitó muchas dudas entre los electores. La víspera de las legislativas, dijo que estaba finalmente preparado para dirigir un gobierno de expertos. Pieter Omtzigt “tiene una larga experiencia parlamentaria, es una personalidad internacionalmente conocida, muy activa en el Consejo de Europa. Es doctor en economía, es un hombre de cifras y hechos. Y gana muchos debates porque tiene más conocimientos que sus interlocutores, entonces tiene una imagen de hombre competente, una prerrogativa de los partidos de gobiernos”, comenta a RFI el académico Christophe de Voogd.
Omtzigt “tiene al mismo tiempo agenda populista, en el sentido estricto: arremete contra las élites. Y considera que hay que reformar la gobernanza del país, alejada del pueblo y culpable de conflictos de intereses. Al mismo tiempo, viene de la democracia cristiana, que no es un partido revolucionario ni de extrema derecha, tiene una fuerte credibilidad”, recuerda el historiador.
Temas de campaña
La inmigración, el coste de la vida y la crisis de la vivienda, que afecta principalmente a los jóvenes votantes neerlandeses, han sido los principales temas de las elecciones.
Después del récord de longevidad en el poder de Rutte, apodado primer ministro «teflón» por su capacidad para superar los escándalos, los neerlandeses buscan igualmente un cambio en la manera de gobernar, según los expertos.
Rutte causó un gran impacto en Países Bajos en julio al anunciar la caída del gobierno, tras diferencias «irreconciliables» sobre la inmigración. Unos días después, anunció que abandonaba la política.
No parece que ningún partido pueda alcanzar más del 20% de los votos en un sistema político fragmentado, lo que significa que, inmediatamente después de que se conozcan los resultados, comenzarán largas discusiones para formar una coalición.
Se necesitó el récord de 271 días para la formación del último gobierno. Y por ahora, la incertidumbre es total.
Fuente: Radio Francia Internacional.