En la Comisión de Comercio y Asuntos Económicos de la Asamblea Nacional, órgano legislativo de cuya honorabilidad algunos ciudadanos están decepcionados, se inicia hoy la discusión, en primer debate, del contrato entre el Estado y la empresa Minera Panamá.
Tanto representantes del gobierno como de la empresa, expresan que el contrato será beneficioso porque generará empleos en una región que lo necesita, pagará impuestos que anteriormente no se tributaban, se beneficiarán tres municipios que necesitan las venoclisis financieras, además se incrementará la pensión de jubilados que mensualmente reciben una miseria.
En Panamá, como siempre, cualquier iniciativa tiene detractores que aprovechan las algarabías para manifestarse, por lo tanto, no es de extrañar que empiece el tronar de voces disidentes, de los eternos sabios de pomposas ideas.
Se inicia hoy un momento crucial, tanto para la empresa minera como para el gobierno.
De los resultados que surjan de la comisión respectiva dependerá si el pleno de la Asamblea Nacional lo aprueba o rechaza.
Estamos en una campaña política donde prevalecen las ansias de aquellos que buscando notoriedad , a través de los medios de comunicación social, emitirán sus balbuceos con tintes demagógicos a favor o en contra.
Además escucharemos los consabidos discurso regañones de personas que gritan mucho pero en sus hojas de vida no hay realizaciones significativas que impresionen a esta nación cuyos residentes están hartos de oir tantas sandeces.
En la Comisión de Comercio y Asuntos Económicos de la Asamblea Nacional el proyecto de ley inicia hoy su primera jornada.
Será sometida al escrutinio de los diputados que pueden aprobarlo o rechazarlo, sin embargo, no pueden alterar su contenido.
Esperamos que el proyecto de ley pase por el proceso reglamentario y que sean los legisladores los que determinen si el contrato con la minera es o no beneficio.
También esperamos que esta discusión no se convierta en el trampolín de tradicionales figurones que aprovechan toda ocasión para hablar sandeces, ganar simpatías y lograr beneficios electorales.