En 1513 con el avistamiento del Mar del Sur por Vasco Núñez de Balboa, la parcela territorial conocida como Panamá se convierte en atractivo sitio que, universalmente, clavó su importancia en documentos cartográficos.
Panamá, la pequeña porción territorial de América, acariciada por dos mares, es una parcela geográfica importante para el mundo, a tal extremo que al cruzar del Caribe hacia el Pacífico o Mar del Sur, los españoles decidieron establecer aquí su primera ciudad en el nuevo continente.
Fue trascendental el descubrimiento del llamado Mar del Sur pero también fue importante el establecimiento de la primera ciudad española aquí, hecho trascendental que se produjo un 15 de agosto de 1519.
Aquí en esta parcela territorial que pareciera insignificante, se desarrollaron tantos acontecimientos que hicieron repicar las campanas de una nación que, con el tiempo, se convirtió en engranaje fundamental para acortar distancias marítimas, sitio estratégico para el comercio mundial, sin embargo, han pasado 504 años y tenemos una fachada de metrópoli pero continuamos con una mentalidad de aldeanos.
En 504 años desde que se fundó la ciudad de Panamá se han producido una serie de acontecimientos significativos tanto para nuestro país como para el mundo, pero todavía falta más. La dosis de desarrollo no alcanza su objetivo pleno y continuamos arrastrándonos como país en desarrollo que se mantiene anclado a criterios anquilosados que nos impide avanzar.
Toda ocasión es buena para celebrar pero la fiesta debe ser excelente cuando hemos alcanzado los objetivos fundamentales de desarrollo donde los nefastos signos de atraso han sido borrados y los habitantes de la nación vivamos boyantes porque el esplendor económico a todos nos favorece.
Hoy estamos conmemorando los 504 años de fundación de la ciudad de Panamá y aún no estamos seguros si somos una metrópoli o una aldea.