Los medios de comunicación social son indispensables para que la llamarada de libertad pública no sea sofocada por bayonetas ni por aquellos que amparados en una falsa o antojadiza interpretación de los códigos, intentan ahorcar la libre expresión del pensamiento.
En el diario bregar informativo que afanosamente se desarrollan en los medios de comunicación social, hemos observado como oportunistas se arriman a las trincheras noticiosas buscando protección o beneficio publicitario para caprichosamente escupir tendencias políticas que, en ocasiones, están cubiertas de supuesta inmaculada moral cívica o sindical.
La caterva de oportunistas, arropados en diferentes mantos, se acercan a los medios de comunicación social cuando tienen necesidades publicitarias y osadamente se aprovechan de la ocasión para despotricar contra sus adversarios, pero cuando las antorchas de la libre expresión del pensamiento están siendo amenazadas, los supuestos amigos de los periodistas se tornan indiferentes, callan o convierten en cómplices de los amenazadores.
Prevalece en el ambiente una persecución política que no se puede ocultar con la intención de atajar una candidatura presidencial.2 / 2 El dardo envenenado de la persecución política está afectando a periodistas de tres medios de comunicación social que con sus informaciones alumbran el camino a seguir en el oscurantismo social y económico que vive la nación.
Pero aquellos vanidosos, que les encanta la figuración noticiosa, escritas o balbuceadas de sus ideas en ocasiones absurdas, callan y se convierten en cómplices en estos momentos que con una mal interpretación jurídica intentan cercenar a tres medios de comunicación social que, de cerrar, les arrebatarían la oportunidad a periodistas que con sus escritos influyen en el pensamiento de esta nación que requiere estar bien informada para salir del ostracismo social, político y económico.
En momentos álgidos, como ahora, los periodistas requieren del apoyo de aquellos que dicen ser aliados, pero cuando la situación ser torna difícil los supuestos amigos corren a esconderse en la cueva donde habitan los oportunistas.