Para una ciudadanía fastidiada por las constantes mentiras e ignorante de procedimientos jurídicos, las distorsiones que se producen en el sistema judicial es preocupante y se complican al no entender que en el ambiente electoral se utilizan instrumentos legales como armas para frenar candidaturas.
Las leyes panameñas, que en ocasiones son complicadas, crean una serie de confusiones que mantienen atolondrada a los ciudadanos que ignoran lo que sucede en los tribunales, y es triste saber que la mayoría de los panameños somos huérfanos de conocimientos legales que nos hacen sentir como unos perfectos analfabetas.
Estamos ante hechos históricos cuyas repercusiones pueden ser nefasta y, de no tomarse las precauciones que ameritan, se podría estremecer el sistema judicial desnudando aquellos que interpretando los códigos en forma antojadiza distorsionan los hechos para favorecer a unos y destruir a otros.
Esta nación, que anhela mejores oportunidades y menos subterfugios legales complicados, espera que en los próximos comicios, se respete la voluntad emitida en las urnas y que el torneo no se convierta en un juego donde corruptos togados de conspicuos , interpreten la ley de forma antojadiza sustituyendo realidades por mentiras.
Hay demasiados perversos disfrazados de impolutos que juegan con la paciencia de un pueblo que no aguanta más mentiras y cuyo fastidio se podría transformar en rencor que es la antesala a la violencia.