Suspenden la visa americana al corrupto de Juan Carlos Varela, indican todos los titulares hoy en los medios de comunicación. El karma existe, en este mundo el que la hace la paga, el que a hierro mata a hierro muere y los carniceros de hoy serán las reses del mañana; cuantas veces escuchamos estas advertencias en nuestras vidas para decirnos que debemos seguir el camino correcto de los valores y los principios, pero que al parecer el que se creía un semi Papa, jamás pensó que la justicia lo alcanzaría, pero tarde o temprano aparece.
Y mientras Estados Unidos anunciaba esta decisión contra Varela de manera contundente, que tristeza y vergüenza fue escuchar al Procurador encargado de la Nación, Javier Caraballo, cuando se le consultó al respecto quien solo se limitó a decir que esta es una decisión soberana de los Estados Unidos, pero cuando anteriormente se le había preguntado en el caso del ex presidente Ricardo Martinelli no fue tan escueto ni parco como ahora.
Pero una vergüenza mayor para el actual Gobierno y en especial para el Ministerio Público constituye el hecho de que mientras en Estados Unidos se investigó a Juan Carlos Varela por corrupto al aceptar sobornos a cambio de la concesión de obras y proyectos en Panamá, aquí ni el Ejecutivo ordenó una investigación a su antecesor ni el Procurador Caraballo de oficio inicio un proceso pese a la cantera de denuncias que se presentaban en medios escritos y televisivos contra Varela y sus ministros. Sólo hay que dar un vistazo a los llamados Varelaleaks para la cloaca en que se había convertido el gobierno panameñista de un mandatario que se escudaba permanentemente bajo el manto de la iglesia católica y que a su vez lo defendía y lo veneraba como un santo.
Por otro lado, esta decisión del gobierno norteamericano también desnuda y pone otra vez al descubierto la perversa persecución que montó Juan Carlos Varela en contra de Ricardo Martinelli, cuando a inicios de su gobierno armó un equipo nefasto conocido como la Procuraduría Paralela, conformada por Rogelio Saltarín, Rolando López alias Picuiro, la entonces procurador Kenia Isolda Porcell y con la complicidad descarada de fiscales como Zuleika Moore, Tania Sterling, Vielka Broce, Rut Morcillo, entre otros, para llevar a cabo el más despiadado plan con el fin de condenar a todo lo que representaba Ricardo Martinelli.
Si a esto le sumamos también todos aquellos que cómplices que intervinieron desde sus respectivos cargos, como diputados, alcaldes, ministros y directores de instituciones, algunos de ellos pertenecientes al llamado Grupo La Taquilla, tendríamos posiblemente una lista más extensa de corruptos que no podrían entrar a los Estados Unidos. No obstante, Varela quien se jactaba de decir que él sí daba la cara, frente a estas acusaciones de corrupción señaló, pero en tuit, que él es honesto y como prueba pone de ejemplo 20 mil millones que se ejecutaron en obras para el país durante su administración. Craso error de este señor en estado de desesperación.
Lamentablemente en esos cinco años no existe un verdadero mega proyecto del cual el panameño pueda sentirse orgulloso, al menos que se haya referido a los 500 dólares mensuales que le daba a los delincuentes para que no fueran a delinquir, pero que al final se tradujo en un efectivo para sus fechorías o también se referirá a la inversión que se hizo para llevar a Raimundo y todo el mundo a China, luego de establecer relaciones con el país socialista o finalmente a la millonaria inversión que hizo en algunos medios de comunicación dela campaña en contra de sus adversarios. Esto sin dejar de mencionar a la muy cacareada sociedad civil, liderada por el tal MOVIN que sólo le faltaba solicitar a Roma la beatificación del llamado impoluto.