Durante unos cien años la presencia de tropas estadounidense en Panamá, constituyó uno de los principales escollos en las relaciones entre los dos países.
Cuando existía la Zona del Canal de Panamá, los Estados Unidos tenía en nuestro país una serie de instalaciones militares que, para ciertas tendencias ideológicas, constituían una daga clavada en el corazón de la patria.
Auspiciadas por las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos aquí estuvieron, con la misión de defender el canal, una serie de bases militares que se utilizaron para adiestrar gendarmes latinoamericanos.
Aquí estuvieron bases militares tales como la Escuela de las Américas en Fuerte Gulick ; en Fuerte Sherman el centro de adiestramiento de supervivencia en la selva y en Albrook la Academia Interamericana de las Fuerzas Aéreas.
Además de las mencionadas, hubo otra serie de sitios dedicados al adiestramiento militar que cerraron en virtud de los Tratados Torrijos – Carter, aunque el general Omar Torrijos, firmante de los documentos, advirtió que quedamos “bajo el paraguas del Pentágono”.
Ingratos sería negar que la presencia estadounidense en Panamá no era saludable para el país, sin embargo constituyó el principal pretexto para que enemigos de la nación norteamericana utilizaran para encender pasiones ideológicas que fueron sofocadas con acciones policiales.
Los llamados “gringos” fueron amigos, sin embargo, algunas decisiones de sus gobernantes causaron cierto escozor y provocaron motivos para que sus enemigos encendieran odios con tintes nacionalista para atacarlos.
En diciembre de 1999 terminó la presencia estadounidense en Panamá y continuaron las relaciones cordiales que caracterizan a las dos naciones, pero ahora resulta que la avalancha de migrantes que intentan llegar a Estados Unidos a través de nuestro país, ha traído como consecuencia, ciertas inconformidades sobre las acciones que realizan las autoridades panameñas para frenar el ingreso por la provincia de Darién de personas que usan a Panamá como trampolín para llegar a su destino final: Estados Unidos.
Es necesario frenar la ola de migrantes que llega a Panamá con miras alcanzar su anhelado sueño, pero ante esta catástrofe humanitaria, consideramos que no sería conveniente la sugerencia de un senador estadounidense que recomienda que tropas de su país deben ser acantonadas en Darién para atajar a los migrantes.
Colocar tropas estadounidenses en nuestro país sería encender la adversidad de aquellos enemigos que los gringos tienen en Panamá y les daría motivos suficientes para protestar agregando a los problemas existentes un motivo más para mortificarnos.