Con la reunión de la Asamblea Nacional; elección de nuevo presidente de ésta corporación legislativa y mensaje a la nación del Excelentísimo Presidente de la República, se inicia mañana, la última jornada anual de los actuales administradores del gobierno.
No hay, en el entorno ciudadano, expectativas especiales sobre cosas novedosas que podrían escucharse en el discurso presidencial.
Sobre el discurso del primer mandatario de la nación, la ciudadanía percibe que podría ser repetición de hechos ya divulgados y, en esta etapa final, expresar lo que está por terminar o iniciará la próxima administración gubernamental que se escogerá el 5 de mayo del 2024.
El mensaje a la nación no se espera sea esperanzador. Los administradores del Estado solo les queda un año para ordenar las cosas, terminar lo que empezaron y dejar al próximo gobierno problemas por resolver y obras por inaugurar.
En el entorno legislativo muchos de los llamados “padres de patria” que no cumplieron con la misión asignada y desaprovecharon la mejor oportunidad política que se les presentó, saben o presienten que no volverán.
Surgen en la palestra política, nuevos rostros, con otras ideas y que desean llegar a las curules con mejores intenciones y, para lograrlo, están creando el ambiente que se requiere para desplazar a los que resultaron un fiasco como diputados, por lo tanto, se van.
Será frustrado el afán reeleccionista de muchos diputados, por lo tanto, a partir de hoy empieza su último año laboral y por más que despilfarren esfuerzos para captar simpatías y votos, los resultados serán negativos.
En la trinchera política surgen nuevos aspirantes con ansias de gobernar y entre la ciudadanía arde el deseo de renovar a quienes no cumplieron la misión encomendada.
Como los panameños a toda actividad, buena o mala, introducimos el ingrediente festivo, a los diputados que mañana inician su último año de labores, en el sagrado recinto legislativo, se les aplica aquella frase de una tonada musical que dice: “adiós gud bay y buena suerte”.